Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)

Capítulo N°45

Todoroki se quedó inmóvil ante la mirada dolida del pecoso, sus ojos de diferentes colores se empañaron ante tan triste postal y con un hilo de voz susurró – Más importante que eso, ¿Crees que podrías ser feliz conmigo y perdonar todo el daño que te he hecho? – tomó las manos de Izuku entre las suyas.

- Yo, no lo sé – contestó bajando la cabeza.

- ¡Hey! – soltó una de las manos del peliverde y tomó su rostro para que lo mirase – Sé que te amo y que la mayor meta de mi vida es que me perdones – se restregó los ojos de manera rápida y continuó – Quiero volver a verte sonreír como antes, estoy dispuesto a hacer lo que sea para que eso pase, si es necesario volver a conquistarte o incluso desaparecer de tu vida para siempre... lo haré - intentó esbozar una sonrisa, pero antes de poder reaccionar recibió un beso en los labios y sintió las brazos de Midoriya enredarse en su cuello.

- No quiero que desaparezcas de mi vida – susurró el pecoso sobre sus labios con los ojos cerrados – Te amo más que a nada en este mundo y quiero que empecemos de nuevo – se alejó del bicolor para verlo directamente – Pero esta vez sin mentiras, sin escondernos, sin... - el otro muchacho lo abrazó interrumpiendo sus palabras.

- Será como siempre debió ser Izuku, te lo prometo – dijo sin deshacer el abrazo que se daban sentados en el suelo.

Se mantuvieron en la misma posición por unos minutos, ambos habían ansiado ese contacto tan íntimo y cálido desde hace mucho.

- Shōto – lo llamó el policía separándose de sus brazos – Yo de verdad quiero que esto funcione, pero no creo que sea tan fácil – bajó la mirada al pensar en todo lo que se vendría, desde tratar con sus propias inseguridades, con los celos por lo ocurrido con Momo hasta enfrentarse a una sociedad homofóbica, en especial, en las profesiones que ambos tenían.

- Sea lo que sea que se nos venga, lo enfrentaremos juntos – le dijo apoyando su frente en la del contrario – Ahora, creo que tenemos que entrar, debo disculparme con Kirishima por arruinar su festejo – soltó una ligera risa.

- Debemos disculparnos con Kirishima – señaló el peliverde con determinación – Recuérdalo, todo lo enfrentaremos juntos – sonrió ante sus propias palabras y el asentimiento del mitad albino.

Con lentitud se separaron y se pusieron de pie, viéndose frente a frente, sin que ninguno tomara la iniciativa para encaminarse al living de la casa, el más bajo suspiró con fuerza – Creo que ya es hora – dijo con firmeza.

- Pero antes... - Shōto rodeó la cintura de Midoriya con sus brazos – Necesito el primero de muchos besos de este nuevo comienzo – dijo antes de darle un profundo beso a su pecoso, uno donde ambos se expresaban lo mucho que se amaban y lo dispuestos que estaban a luchar para que su relación funcionara.