Capítulo N° 24

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En cuanto salió el bicolor de la oficina, Shinsō se apresuró en entrar, reacción que impactó a su tío, ya que desde siempre el peli lavanda había sido un chico bastante retraído, con pocos amigos y al que le costaba socializar. Disfrutaba de la soledad igual que él pero en el momento en que entró al lugar y vio cómo abrazaba a Midoriya lo entendió todo, su sobrino estaba enamorado.

- ¡Joven Midoriya! – se apresuró en entrar el rubio y posicionarse al lado del lloroso pecoso - ¿Te hizo algo? – preguntó alarmado, negando el pecoso con la cabeza al instante – Llévatelo de aquí joven Shinsō – dijo con seriedad, poniéndose de pie.

El fotógrafo puso de pie a Izuku, quien estaba sentado en un sillón, mientras Aizawa le tendió un vaso con agua – Bébela y ve a lavarte la cara antes de salir, procura que nadie te vea así – dijo con voz firme el Coronel.

Hitoshi lo acompañó hasta el baño, el cual estaba junto a la oficina por lo que no tuvieron mayor problema en no ser vistos. Para su buena suerte no había nadie en los pasillos hasta el mesón de la entrada donde Mina estaba atendiendo una llamada, aprovecharon que la chicha estaba atenta a su tarea para salir con rapidez de la comisaría.

Mientras, un molesto Teniente Coronel marcó la extensión del rubio cenizo – A mi oficina, ahora – colgó sin esperar respuesta.

- ¿Qué piensas hacer Toshinori? – preguntó Aizawa con preocupación, pocas veces había visto a aquél hombre tan molesto, sin embargo, no alcanzó a insistir por una respuesta ya que Bakugō entró luego de dar unos toques a la puerta.

- Quiero que me digas sin rodeos qué sabes sobre lo que pasa entre el joven Midoriya y el menor de los Todoroki – dijo con una mirada y voz firme a Katsuki, quien abrió los ojos como platos ante tal petición.

- Toshinori no es necesario... – quiso intervenir Aizawa, pero el otro solo levanto una mano en señal de que guardara silencio.

Bakugō dijo todo lo que sabía, creía que de esa manera el peliverde, al menos, podría abrirse con sus superiores respecto a su sexualidad y terminar definitivamente la relación tortuosa que mantenía con el mitad-mitad.

- ¿Hay algo que yo pueda hacer? – preguntó cuándo terminó su relato.

- Solo ser un apoyo para tu amigo, al igual que esa chica de la que hablas – respondió el pelinegro, ante lo cual Katsuki asintió y se retiró - ¿Qué piensas hacer ahora? – se dirigió al hombre de ojos azules que tenía sus codos apoyados en el escritorio y su frente contra sus manos.

- Calmarme para no salir de aquí a golpear a ese... muchacho – suspiró dejando ver su rostro.

- Primero deberíamos tener la historia completa – dijo el Coronel.

- ¿Crees que el joven Midoriya nos va a contar todo? – preguntó desanimado.

- En serio a veces me pregunto cómo llegaste a ser Teniente Coronel – suspiró y continuó cuando vio el ceño fruncido por parte del rubio - ¿Por qué crees que insistí en que ese muchacho Todoroki esperara a tu policía predilecto y que hablaran aquí? – dijo con notoria obviedad, lo cual, al parecer, no era tan obvio para el fornido hombre frente a él que solo subió los hombros en señal de desconocimiento – Porque tu maldita oficina tiene cámaras con audio, por esto de la corrupción de los altos mandos anteriores – dijo apuntando una esquina del lugar, donde en una planta sobre un estante parpadeaba una pequeña luz roja.

Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora