Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)

Capítulo N° 34

Shōto no dijo nada, se quedó estático durante un minuto con los ojos muy abiertos, analizando las palabras que salieron de la boca del peliverde, quien ante el silencio del contrario levantó la mirada y se sorprendió al ver la expresión de profunda tristeza.

- Yo... lo lamento – susurró Izuku viendo cómo el contrario se daba la media vuelta y salía de aquella casa.

Se dejó caer sobre el sillón individual y cubrió su cara con sus manos, luego de cinco minutos sintió como su hombro era apretado por Toshinori.

- ¿Estás bien joven Midoriya? – preguntó con preocupación.

- No debí haberle dicho eso – susurró con pesar.

- ¿Quieres contarme qué fue lo que pasó? – preguntó el mayor, pero ante la negativa del más bajo suspiró – Bien... ¿Quieres que te lleve a la casa del sobrino de Shōta? – cuestionó con voz amable, pero recibió otra negación.

- Me gustaría ir a mi casa, no puedo seguir abusando de la hospitalidad de Hitoshi – habló por fin Izuku.

Ni bien llegó a su hogar recibió un mensaje del peli lavanda, al cual respondió que se encontraba bien y que se quedaría en su casa, para posteriormente apagar el celular y dirigirse a su habitación para dormir, al otro día tendría que avisar al Coronel que ya podía dar la famosa declaración.

- Bien, ¿Para cuándo puedes programar una conferencia Hitoshi? – preguntó Aizawa luego de que Midoriya dijera que ya podía referirse al tema.

- Para mañana en la mañana, creo que la mejor opción es llamar a una conferencia para el lanzamiento de la campaña preventiva de la policía y que al final Izuku conteste una sola pregunta respecto al tema, de esa manera, se hablará en todos los medios que, en el marco de la campaña, se refirió a la crisis de la familia Todoroki – finalizó el asesor, con los brazos cruzados y apoyado en una pared.

- Hazlo - mandó el peli negro, recibiendo un asentimiento de su sobrino.

- En la tarde te recogeré para preparar tu declaración – informó Shinsō antes de retirarse.

- No te preocupes joven Midoriya – le dijo el Teniente Coronel – Por ahora, ve a ayudar al resto de los muchachos con el papeleo administrativo – ordenó con una sonrisa el hombre rubio.

- ¡Claro! Al fin podré hacer algo de policía, aunque sea la parte aburrida – soltó una pequeña risita y se retiró a cumplir sus funciones.

- Deberías seguir tus consejos – replicó el Coronel cuando estuvieron solos en aquella oficina – Él estará bien y el otro muchacho también – dijo recostando su cabeza sobre el escritorio.

- ¿Y tú sobrino? – preguntó mientras tomaba asiento frente al soñoliento hombre.

- Si algo tiene de bueno desde que es un mocoso,es la capacidad de reponerse a cualquier cosa – dijocon un leve toque de orgullo en la voz –Además, ya están bastante grandes todos como para solucionar sus problemas – cerrólos ojos sin cambiar la incómoda posición a juicio de Yagi – Y nosotros demasiado viejos como para andar de niñeros, así que vetea trabajar y déjame dormir aquí unos minutos – finalizó, provocando que unasonrisa se plasmara en el rostro del fornido hombre frente a él.