Capítulo 3: El mariscal de campo

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Había sucedido hace tres semanas, pero aún no era capaz de asimilarlo del todo, su ausencia nos dejó un enorme vacío en nuestro corazón. Pero por el momento, lo único que podíamos hacer, era ordenar nuestras maletas para ir a Lima, el Señor Schue había organizado una despedida del Club Glee, algunos iban a asistir, mientras que otros no.

Reunirnos era difícil, ya que nos recordaba el doloroso momento en que nos dijeron la noticia de que Finn había fallecido, nos destruyó.

-Rachel, nos vamos ahora- le dice Kurt asomado en las cortinas de su habitación, pero nuevamente no recibimos respuesta alguna.

Tomamos nuestras maletas y nos retiramos del apartamento, pensé muchas veces en que no debía dejarla sola, pero ella necesitaba su espacio. Y si lo pienso bien, es doloroso tener que volver a casa por el motivo que teníamos, y no porque los chicos se presentarán en alguna competencia importante o porque necesitan de nuestra ayuda.

Al llegar a Lima, lo único que pude hacer fue ordenar mis cosas y luego ir donde Blaine. Creo que de alguna manera me estaba esperando, porque apenas abrió la puerta me abrazó fuertemente, y lloramos juntos en su habitación, dándonos apoyo solo con nuestra presencia. Esa noche me quedé con él y al día siguiente fuimos juntos a la preparatoria Mckinley.

El Señor Schue escribió el tema en la pizarra: "Finn". Mientras el salón estaba en un silencio casi inquietante.

-Me alegra que hayan venido tantos de ustedes- nos dice acercándose más.

-Teníamos que estar aquí, Señor Schue- responde Mike cabizbajo, apoyado en su silla.

-Al funeral fue mucha gente, pero quería hacer algo solo para nosotros, para recordarlo de la única forma que conocemos, que es cantando- uní mi mano con la de Blaine y apoyé mi cabeza en su hombro-. Toda la semana, quien quiera puede pararse y cantar, tal vez algo que cantó él o algo que les recuerde a él.

-Cantar no hará que Finn vuelva- reprocha Puckerman un poco molesto.

-No, sé que no, nada lo hará, jamás- apoyó su mano en el hombro de Mercedes, quien estaba ida en sus pensamientos-. Pero, durante dos minutos, tal vez podamos recordar lo mejor de Finn, así que piensen en lo que quieren cantar, si es que lo desean hacer, empezaremos mañana.

-No, no puedo esperar hasta mañana, Señor Schue- Mercedes se levanta de su lugar y queda delante de todos-. Llevo tres semanas llorando, si no saco todo esto ahora, creo que jamás dejaré de llorar.

-Claro Mercedes, adelante.

-Yo recuerdo que Finn me dijo una vez, que le cantó esta canción al ultrasonido de su bebé- todos sonreímos al escucharla decir eso-. Bueno, el creía que era su bebé, Finn fue el primer chico popular que nos trató bien y era nuestro líder aquí, te amamos Finn.

Después de esas hermosas palabras el piano comenzó a sonar, me aferré al brazo de Blaine mientras escuchaba la letra de la canción, e inevitablemente solté unas lágrimas y todos nos unimos en un coro a mitad de la canción.

Mercedes estaba cantando con todo su corazón, y se podía notar que se estaba liberando de todo el dolor que tenía guardado. Cuando terminó, en sus ojos se veían las lágrimas que estaba aguantando, pero no había razón para guardarlas por más tiempo.

Después de eso nos retiramos en silencio, mis padres habían invitado a cenar a Blaine y obviamente el aceptó sin duda alguna, no se me hacía extraño para nada, porque en realidad ambos estábamos juntos e íbamos recobrando nuestra confianza mutua.

Beautiful Star × Blaine AndersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora