Capítulo 12

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Draco recibió una sorpresa cuando entró al café el viernes por la mañana. Por primera vez en toda su amistad, Hermione ya estaba sentada en su mesa habitual.

—Granger. Un poco temprano para ti, ¿no?

Ella no respondió, sino que simplemente deslizó un trozo de pergamino doblado sobre la mesa, prácticamente rebotando en su silla.

Draco levantó una ceja en su dirección.

—¿Y qué es esto? No hablabas en serio acerca de emprender acciones legales contra mí porque ayer me comí el último bocado de tu bollo, ¿verdad?

—¡Oh, solo léelo, idiota!

Draco exhaló un suspiro dramático y recibió el deseo de poner los ojos en blanco a cambio. A veces era demasiado fácil irritar a Granger si aún no había tomado suficiente té. Sus ojos grises escanearon el pergamino y le lanzó una sonrisa genuina a través de la mesa.

—¿Te aprobaron para asistir a la conferencia de Venecia? ¡Eso es excelente!

—Lo sé, lo sé, ¡pero sigue leyendo! —ella lo insentivó emocionada.

Volviendo a la carta, sus ojos y su sonrisa se agrandaron cuando llegó al final.

—¿Quieren que presentes en las Runas Mermish? ¡Granger, eso es increíble!

Ella le devolvió la sonrisa cuando le devolvió la carta y Draco se dio cuenta de que su entusiasmo la complacía.

—Recibí la carta justo cuando salía de mi oficina ayer. Casi te mando una lechuza anoche pero quería decírtelo en persona. Eres el primero en saberlo.

—¿Yo? ¿Por qué?

A él. No Weasley. No Potter. No la chica Weasley. No sus padres. A él.

Hermione se sonrojó y tartamudeó y Draco gimió para sus adentros por lo hermosa que la hacía lucir.

—Bueno, porque fuiste tú quien me ayudó realmente. ¿Cuántas veces leiste mi carta de solicitud conmigo?

—Cuarenta y dos, pero ¿quién está contando?

Hermione trató de lanzarle una mirada fulminante, pero falló ya que su sonrisa encantada no cedía. Montado en lo alto de los logros profesionales que ella había logrado, Draco decidió probar suerte.

—Creo que una celebración está en orden. Probemos ese nuevo lugar en el centro esta noche, escuché que almacenan más de 50 cosechas diferentes de champán y digo que no nos iremos hasta que hayas probado cada uno.

Eso hizo que la sonrisa se deslizara de su rostro. ¿Había dicho algo malo? ¿Por qué de repente parecía que él había dicho algo hiriente?

—Tengo planes para esta noche, en realidad. —dijo con cuidado, sin mirarlo a los ojos.

—Trabajar hasta tarde no cuenta como "planes" Granger. Especialmente un viernes por la noche. Vamos, déjame invitarte.

Ella todavía no lo miraba. Merlín, ¿no podía soportar más una broma? Eso no fue más que un golpe leve a sus tendencias adictas al trabajo. Tendencias que él admiraba en ella.

—Yo... iré a cenar con alguien. —murmuró.

—¿Con Weasley?

—Es Potter.

—¿Eh?

—Sé que te refieres a Ginny, y de nuevo, su apellido es Potter y no, no con Ginny.

Draco puso los ojos en blanco.

—Lo que sea, Granger. Entonces, ¿tienes una cita o algo así?

Cuando estalló en un furioso sonrojo, Draco sintió que se le helaba el interior. Había adivinado correctamente, ella tenía una cita esta noche. Veinte malditos puntos para Slytherin.

Remain Nameless (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora