Capítulo 7

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Granger tardó aproximadamente tres minutos y treinta y dos segundos en sacar a colación, durante su conversación del lunes por la mañana en el café, que Draco estuvo en el partido de las Arpías durante el fin de semana.

—Ginny dijo que estabas en su partido el sábado.

Draco se congeló y entrecerró los ojos. Oh, lo hizo, ¿verdad? ¿Y qué más te dijo la chica comadreja sobre mí?

—No me di cuenta de que mi asistencia fuera de alguna preocupación para Ginny Weasley. —habló con su tono más frío, sus moviéndose perezosos alrededor de la taza.

—Es Potter, ¿y pensé que esos dos equipos no eran un enfrentamiento al que necesitabas asistir por trabajo?

Nada se te escapa, ¿verdad, Granger? Mierda.

Draco se encogió de hombros en lo que esperaba que fuera la máxima indiferencia.

—Tengo entradas gratis para cualquier partido al que quiere ir, gracias al trabajo. Supongo que solo tenía ganas de ver un poco de Quidditch. No estoy seguro de por qué Weasley necesita torcerse las bragas.

Granger puso los ojos en blanco.

—Es Potter, y no seas vulgar. Simplemente mencionó que te vio en el palco de tu empresa durante el partido, eso es todo.

Pero eso no fue todo. Porque si eso era todo, entonces ¿por qué Granger de repente se veía aprensiva?

—Sabes. —comenzó en un intento de un tono brusco, pero Draco aún podía sentir su nerviosismo—. Si hubieras querido, podrías haber venido y, um, saludar.

Draco la miró boquiabierto.

—¿Saludar? —repitió tontamente.

Ella asintió y tragó un aparente nudo en su garganta.

—Sí, pensé, ya sabes, podrías haber venido a nuestro palco y saludar, ya sabes, saludarme, a mí y a todos y tal vez, um... pasar el rato... —estaba divagando en voz baja de una manera muy nerviosa y Draco se quedó estupefacto ante sus palabras.

—Sentado. En tu palco. Contigo. —ella le devolvió la mirada, de repente luciendo temerosa por su tono bajo y su rostro burlón. Bueno. Ella debería tenerle miedo. No era una buena persona, no como ella. No como sus verdaderos amigos—. Dime Granger, ¿qué tipo de bienvenida me habría esperado de parte de tu precioso Potter y el clan Weasley? ¿Apretones de manos y abrazos? ¿Entonces todos bromearíamos y recordaríamos felizmente todos los buenos recuerdos que compartimos? ¿Es eso lo que imaginaste?

Habían llegado a un tema de conversación que solían evadir. Pero ahora, gracias a Granger, el mundo exterior se había entrometido en su pequeño y pacífico santuario matutino, trayendo consigo la amenaza inminente de peligrosos viajes de vuelta al pasado. Algunas noches, solo en su gran cama, Draco se había preguntado cuánto tiempo podrían continuar así: en este maravilloso estado de ignorancia al resto del mundo mágico y sus opiniones sobre los dos tomando café juntos. De tener conversaciones personales y compartir pedacitos de sus vidas, pero compartiendo nada más que menciones pasajeras de sus amigos o familiares, o su tiempo en Hogwarts. Porque si tuvieran que hablar de todo eso de una manera más profunda, más específica, entonces la burbuja estallaría. Draco estallaría. Él se desharía por completo frente a ella y todos sus años de curación probablemente se irían por la ventana. Y tendría que decir las palabras que por ser demasiado cobarde no le había dicho a Hermione Granger.

—Porque si eso es lo que imaginaste, Granger, permíteme desengañarte por completo de esa noción. Si hubiera cruzado el umbral de esa caja sin ser hechizado varias veces, estoy seguro de que lo único que podría esperar de esas personas maravillosas a las que llamas amigos habría sido miradas gélidas y posiblemente incluso algunos puños en la cara. Así que no, Granger. No pensé en ir y solo "saludar".

Remain Nameless (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora