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—Carol...cuanto tiempo —dijo mi madre dando un abrazo a la mujer —Steve...—abrazó al hombre—

—Judith, tan encantadora como siempre —contestó él sonriendo. Yo estaba ahí de pie a su lado sin saber qué hacer, y su hijo con el móvil, parecía tener las mismas ganas que yo de estar ahí—

—Hola, Alessia, ¿verdad? qué guapa...eres igual que tu madre —no sabía qué decir, en serio, estaba muy incómoda, la sonreí—

—Si, encantada —le di dos besos— Hola —le di dos besos igual a su marido—

—Mark, hijo, no seas maleducado, saluda

—Perdón, mamá...—suspiró y guardó el móvil en el bolsillo— Hola, encantado —le dio dos besos a mi madre y la sonrió, tenía una sonrisa...de seductor, de chico que consigue lo que quiere con solo sonreir. En ese momento llegó mi padre. El chico me miró— Hola —hizo un pequeño movimiento con la cabeza—

—Hola...— le contesté. Era todo muy incómodo porque estaban nuestros padres hablando entre ellos y saludándose y nosotros ahí apartados sin mirarnos siquiera. Vaya cena me espera...—

—Vamos chicos —dijo mi madre y entramos todos al restaurante—

...

La cena fue incómoda, incomodísima. Nuestros padres estaban hablando entre ellos y nosotros cada uno a nuestra bola, con nuestro móvil, pero muy incómodo todo. Además yo, que no tenía ni con quien hablar, me chupé todas las historias de instagram de todo el mundo, todos los tweets de la semana, fatal.

Ahora estábamos esperando a pedir el postre. Nuestras madres estaban hablando de nosotros y estábamos involucrados en la conversación, lo típico de las madres de "mi niña saca todo 10, es super responsable blablabla".

—Alessia no tiene novio, verdad, cariño? —se por donde está tirando y no me mola nada—

—Mark tampoco tiene novia —contestó su madre—

—Voy a fuera a tomar el aire, cuando traigan el postre vuelvo —no pensaba quedarme ahí para esa conversación, principalmente porque íbamos a terminar discutiendo. Cogí mi bolso y me levanté—

—Por qué no sales con ella? —le dijo Carol a su hijo, pero obviamente no era una pregunta, le estaba obligando. Él se levantó y salió detrás de mi—

Estábamos en la calle y nos sentamos en un banco que había así como de piedra, muy mono. Seguíamos sin hablar.

Yo saqué el tabaco del bolso, una papela y un filtro y me lo coloqué para liarme el cigarro. Le ofrecí.

—No fumo, gracias —guardé el paquete en el bolso— A mi tampoco me entusiasma mucho estar aquí

—Y eso?

—No me van estos rollos de los negocios y eso, no quiero heredar la empresa de mi padre, pero bueno, supongo que es lo que toca. Y tú?

—Lo mismo, básicamente, siento que todo el mundo tiene una idea de mi que no es correcta y esperan mucho de mi, mis padres ponen mucha presión en mi, para estar siempre perfecta, que todo el mundo se piense que mi vida es perfecta, y el ambiente...es como que no tengo a nadie que me conozca de verdad, no congenio bien con nadie...no se si me explico

Bueno, eso en realidad no es verdad, tengo algún amigo y tal, pero son de la uni, no viven aquí.

—Te entiendo completamente —me contestó—me pasa lo mismo, tengo 3 amigos contados y son chavales normales...a ver que no me quejo, que eso de tener pasta está muy bien, joder se lo afortunado que soy, pero la gente en este mundo...uff

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora