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—Lo siento...—me dijo Ryan, estábamos en el coche de policía de camino a la comisaría—

—No, no es tu culpa, lo sabes perfectamente, no te preocupes —le sonreí—

—Ya pero no se...

—Que no te preocupes, en serio, a mi me habían pillado de todas formas, estaba ahí sola —me reí un poco—

—Ya...no tendrías por qué estar aquí, he intentado hablar con él...—le interrumpí—

—No, déjalo, no tienes por qué hacer nada...yo paso ya, además en parte no es su culpa, han sido nuestros padres que nos han obligado a estar juntos, da igual

—Ya pero tampoco puede ser así, es mi amigo, si, pero si hace algo mal tengo que decírselo. Si que es verdad que con otra gente que ha sido así él tenía razón y eran unos gilipollas, pero tú no eres así, y se que él puede ser muy cruel

—Si, la verdad. Pero en serio, déjalo, no importa, tampoco quiero que tengas problema con él —llegamos a la comisaría, nos interrumpieron la conversación. Un policía abrió la puerta de atrás—

—Venga, salid

Salimos y nos llevaron a la comisaría.

—Dejad aquí todo lo que llevéis encima —puso dos cajas de plástico en el mostrador. Yo no llevaba bolso ni nada, llevaba el móvil y el tabaco en el sujetador, me lo saqué y lo dejé. Ryan dejó también sus cosas— ¿llaves del coche? —dijo mirándome—

—Yo no llevaba coche —Ryan el coche que llevaba era normal, bueno, con normal me refiero a que no era de carreras, pero era un Audi Rs7 Sportback, que cuesta como 100.000–

—Es verdaad, ella no pintaba nada ahí, no debería estar aquí —contestó Ryan—

—Pero estaba ahí, ¿no? Pues ya está. Venid. —Le seguimos—

Nos estuvieron haciendo preguntas sobre la gente y eso, no dijimos nada, bueno yo tampoco es que supiera mucho.

Luego nos metieron en una especie de celda a esperar. Nos dejaron llamar a alguien. Ryan llamó a Jason, yo confiaba en que me sacara a mi también porque ni de coña llamo a mis padres.

Estuvimos ahí mucho tiempo, no se cuanto pero alrededor de 1 hora. Vino Jason por fin.

—Voy a hablar con ellos, ahora te saco —dijo a Ryan—

—¿Me vas a dejar aquí? Tu padre te va a matar como me dejes aquí y lo sabes —se fue sin decir nada—

—Te va a sacar —me dijo Ryan—

—Tú crees?

—Si...si

Tenía razón, me sacó.

Salimos, cogimos nuestras cosas y fuimos a la calle. Había venido con otro coche, lógicamente no iba a venir con el de las carreras para que le pillen.

—Ryan, ¿dónde tienes el coche? —arrancó—

—Allí—

El ambiente estaba muy tenso y siento que es por mi culpa.

—¿Qué te han dicho tío? ¿Una multa o algo? —dijo Jason—

—Qué va, nos hemos librado por los pelos

—Cuando me has llamado te lo juro que no me lo esperaba, pensaba que te habías pirado, y me da rabia que te hayan pillado por su culpa —está hablando como si no estuviera ahí, y me da rabia, pero bastante que me ha sacado de ahi, no quiero echar más leña al fuego—

—No ha sido su culpa, simplemente nos han pillado, tenía el coche lejos de donde estábamos

—Pero si no la hubieras ayudado habrías ido más rápido

—Qué querías, ¿que la dejara ahí sola? Sabes de sobra lo que pasaría

—Bueno, que aprenda y salga de su puta burbuja de una vez

—Basta ya, deja de hablar de mi como si no estuviera aquí. No todo el mundo es tan cabrón como tú, él me quiso ayudar y punto, nos pillaron porque ya teníamos a la poli encima y el coche estaba a tomar por culo, no fue mi puta culpa. —paró el coche, no estábamos en la autopista todavía, era una carretera que conectaba dos ciudades—

—Baja —me bajé porque no le aguantaba más, se estaba pasando mucho y no pienso seguirle el rollo—

Fui andando por el arcén hasta la otra ciudad, entre los tacones, el vestido, y que eran las 12pm y hacía un poco de viento se me hizo eterno, y sinceramente pasé miedo porque estaba totalmente a oscuras, iba con la linterna del teléfono.

Llegué a la ciudad y ya había luz, gente aprovechando los últimos días de vacaciones, coches...me relajé. Me senté en el primer banco que vi para pedir un Uber. Llegó y 30 min después llegué a casa.

Estaba la luz del salón encendida, pero obviamente no pude ver nada por los cristales estos raros.

Me di cuenta de que me dejé las llaves en el coche de Jason.

Llamé a la puerta, tampoco tengo nada que perder ya. Tardó mucho pero al final me abrió, era Jason, cómo no.

—Llegan en media hora. Ni una palabra de lo que ha pasado

—¿O qué? ¿qué vas a hacer, cortarme la lengua?

—No me des ideas

—Gilipollas...—subí a mi habitación. Danco vino detrás—.

Me lavé la cara, me hice un moño y me quité el vestido para ponerme otra ropa. Me puse un short de chándal y cuando me iba a poner la camiseta se abrió la puerta de mi habitación.

—¿Cuál es tu puto problema, joder, no sabes llamar a la puerta? —me giré hacia él, que suspiró—

—Venía a decirte que gracias por no haberle dicho nada a la poli —dijo muy borde, por lo menos lo dijo. Me acerqué a él—

—Te repito que no soy como te piensas, no soy una hija de puta como tú

—¿Eso es lo que piensas de mi? —dijo con cierta ironía—

—¿Que quieres que piense después de que me hayas dejado tirada en mitad de la nada?

—Ponte una camiseta

—Nunca has visto a una chica en sujetador o que —me acerqué más a él—

—No me tientes

—Pírate —le dije, estaba harta de él—

—Tú no me das órdenes, princesita —sonrió, cerró la puerta de mi habitación y se tumbó en mi cama—

—Vale —me tumbé a su lado, todavía sin camiseta, muy pegada a él. Se que le molesto, y voy a molestarle más a propósito—

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora