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Eran todavía las 6 pm. Se me estaba haciendo eterno, he intentado dormirme pero no he podido.

Él se pasaba por mi habitación de vez en cuando, me hacía algún comentario de cabrón y luego se piraba.

Yo no podía aguantar así, es que no podía, no iba a ser capaz y me iba a volver loca. Tenía que hacer algo, no puedo seguir así, pero todavía es muy pronto, seguro que tiene las cámaras puestas, y si no, tampoco quiero arriesgarme la verdad.

Pasaron otras cuantas horas, ya eran las 10:30 de la noche. Seguía sin poder dormir.
Vino otra vez.

—Bueno, buenas noches guapa, espero que duermas bien —cerró la puerta y me apagó la luz, aunque me entraba bastante luz de la calle—

Al poco rato de irse escuché que cerraba la puerta del baño y abría la ducha.

Es mi momento, es el único momento que 100% seguro no está con las cámaras. Pero tengo que hacer lo que sea rápido, es un tío, yo creo que como mucho mucho tendré una media hora.

Ya había estado pensando que podría hacer.
Cogí una horquilla de mi pelo, que por casualidad ese día me puse unas horquillas para agarrarme bien la coleta.

La estiré como pude para forzar el cierre de las esposas. Todo mi tiempo con Jason tiene que servir para algo.

Encima lo estaba haciendo en tiempo record con prisas. Conseguí abrirlas pero solo me pude soltar una, suficiente. Me puse de pie y desenganché la otra de la cama.

Cogí mi mochila de clase que estaba tal cual llegué, con mi monedero y todo lo que llevo siempre, metí el teléfono, un sobre que tengo con mi dinero guardado y abrí la ventana.

En esta nueva casa no está tan alto, no está tampoco bajo, pero creo que puedo saltar si me tiro rodando.

Primero tiré la mochila, luego salté yo y me caí un poco, me reventé las rodillas, pero merece la pena, no puedo pararme ahora. Me puse la mochila bien pegada y empecé a correr.

Encima para tocarme más los cojones estaba lloviendo. Corrí por todo el patio, Danco me siguió, ah esa es otra, no me dejaba meterle en casa, pero me le llevé...mi niño con lo bueno que es.

La puerta del patio estaba abierta así que genial.

Yo no paré de correr, tenía que alejarme lo máximo posible antes de que se diera cuenta y saliera a buscarme. Danco me seguía el ritmo perfectamente, iba suelto y todo pero no se separaba de mi.

No sabía qué hacer, simplemente estaba corriendo para alejarme.

Y llamé a Jason, tenía que hacerlo...

No me lo cogió. Joder, todo el día pegados al puto teléfono y ahora no me lo coge.
Pero no paré de correr.

Decidí ir a casa de Ryan, no vive muy lejos mía, y ahora que Jason no vive conmigo viven juntos.

Tenía miedo de que me alcanzara antes de llegar. No podía pararme, ni mirar atrás un segundo.

—Vamos Danco, que ya no nos queda nada, lo estás haciendo muy bien —no me salía casi la voz, estaba muy muy cansada. Ahora entiendo cuando Jason me decía que tenía que comer para tener energía...No se de donde me sale toda esta fuerza—

Seguí corriendo, corriendo y corriendo hasta que llegué a casa de Ryan.

Todas estas casas de gente de dinero, importante y tal, suelen tener un portero/seguridad en la calle, que te abren las puertas del patio y tal.
Pues su guarda me vio de lejos, me conoce, he estado muchas veces aquí, y es muy muy simpático, me recuerda a Sebastian.

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora