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La primera semana de universidad aquí fue bien. El sistema cambia mucho y las clases y tal en general es distinto, pero me gusta.

Me siento cómoda, por lo menos.

He estado yendo con Becca la mayoría de días. Ella obviamente tiene su grupo de amigos, y no me quiero acoplar, pero las clases que tenemos juntas siempre estamos juntas, y a la salida normalmente también. Luego en los descansos o clases que no coincidíamos pues ella a lo suyo y yo a lo mío.

Me ofreció, y me lo repite todos los días, irme con ella y sus amigos. Pero no se, no me apetece, de momento prefiero seguir así.

También me he dado cuenta de que los mismos dos chavales del primer día no paraban de mirarme, se quedaban en la puerta como esperando y cuando llegaba yo entraban, incluso he sentido que me seguían algunos días.

A ver, a ojos de una persona normal no se nota, tampoco lo hacen en plan acosador, pero yo después de todo, he aprendido a fijarme en todos los detalles para darme cuenta de las cosas, y más ahora que estoy sola.

Hoy me vestí así.

Y me hice una coleta, me lo hago mucho la verdad así con el flequillo que llevo me gusta mucho y me veo bastante guapa

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Y me hice una coleta, me lo hago mucho la verdad así con el flequillo que llevo me gusta mucho y me veo bastante guapa

Y me hice una coleta, me lo hago mucho la verdad así con el flequillo que llevo me gusta mucho y me veo bastante guapa

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Y fui andando también.

Cuando estaba ya en el campus, es un sitio enorme, con un montón de espacio en plan con árboles, bancos, hay incluso varios autobuses solo para moverse por dentro del campus, eso, que cuando estaba en el campus, me di cuenta de que, otra vez, venían detrás de mi.

Pero yo seguí a lo mío, no quería que se dieran cuenta. Me lié mi cigarro y me lo fui fumando. También me quité los cascos y me los guardé en la mochila.

Cuando iba llegando a mi universidad, en vez de entrar por donde siempre, di la vuelta y entré por otra puerta que hay, a ver si les despistaba. Y fui rápido a la entrada de siempre, a esperarles, estaba hasta los cojones.

Entraron los dos poco tiempo después, iban hablando, no discutiendo, pero parecía que era algo intenso.
Y cuando llegaron a las escaleras les abordé.

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora