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Por fin. Por fin me voy de aquí.

Esta semana todavía no empiezan las clases, el jueves es la presentación y esas cosas pero hasta el lunes que viene nada. Ah, y también hay fiesta este finde.

Me lleva Sebastian en su coche, no me dejan irme sola en mi coche, a pesar de que solo está a media hora de aquí.

No sé qué cojones está pasando pero me molesta. No me dejan ir sola ni a mear, si por lo menos me dijeran que pasa...En fin.
Luego va a volver y a traerme mi coche, me parece una tontería pero bueno.

Ya está, no me van a controlar en la universidad, sinceramente estaban empezando a agobiarme.

—Gracias Sebastian —me ayudó a subir las maletas al piso. Es un piso de un edificio muy bonito, tiene como 20 plantas y por fuera es todo de cristal espejo, en este edificio vive mucha gente de la universidad porque está a 10 minutos andando y para lo grandes que son los pisos, la zona y lo nuevos que son, porque los construyeron solo hace 4 años, son bastante "baratos". El mío está en la 4º planta y solo hay un piso por planta, para que os hagáis una idea de lo grandes que son—

Sebastian se fue a por mi coche y mientras me puse a colocar la ropa en el vestidor.

Según entras al piso es todo abierto, bueno hay una pequeña entradita que hay una mesa de cristal pues para dejar las llaves y eso y un pequeño armario, para los abrigos, zapatos de todos los días...El salón es bastante grande, tiene el sofá, la tele una mesita pequeña, lo típico de un salón. La cocina tiene una isla en medio con banquetas para comer y luego pues las cosas de cocina y una despensa. Luego hay un pasillito que te lleva como a la zona de las habitaciones, que está el vestidor, mi habitación, la habitación que he dejado para hacer ejercicio y tal, otra habitación vacía y un baño, dentro de mi habitación, que es la más grande, hay otro baño. Luego hay más armarios, decoración -aunque poca- y esos rollos.

Me puse a colocar la ropa en el vestidor como dije, hay cosas que no me he traído porque se que es muy improbable que las necesite y si las necesito pues voy a por ellas.

Una hora después llegó Sebastian.

—Gracias por todo, en serio —le abracé, le tengo mucho cariño—

—No te preocupes...si necesitas cualquier cosa llámame, ya lo sabes —asentí con la cabeza— ¿Necesitas ahora algo? ¿te ayudo a colocar las cosas o te acompaño a hacer la compra, algo?

—No te preocupes Sebastian, ya está todo bien, hice la compra el otro día con Rose y las cosas están casi colocadas

—Vale...Alessia, por favor, ten mucho cuidado, ¿vale? —había algo raro en la forma que me lo dijo, le noté demasiado serio—

—Si..tranquilo —me abrazó—

—Me voy, ya sabes

—Adioos —le acompañé hasta la puerta y cerré—

Por fin puedo descansar sola. También me he traído a Danco, obviamente.

Terminé de colocar lo que me quedaba de ropa y me tumbé en el sillón, estaba muy cansada.
Ya me había cambiado de ropa y todo, llevaba unas mallas largas y un top simplemente.

Al final me quedé dormida, bastante, como una hora y media. Pero me despertó el timbre de la puerta.

Fui y abrí sin más, mal, lo sé, lo sé, pero seguía empanadísima. Pero vamos, se me pasó en cuanto vi quién era, Jason. Cerré la puerta, no pienso hablar con él, no se ni qué hace aquí. Pero entró.

—¿Por qué tienes llaves de mi casa? —estaba flipando-/

—No te han informado, ¿no? me lo imaginaba. Sorpresa, vivo contigo —dijo sin ningún tipo de entusiasmo, parecía que no estaba contento, ya somos dos—

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora