40

26 2 2
                                    

—Venga, vamos a entrar —me dijo Jason cuando llegamos a...no se dónde estamos, la verdad. Pero era un hotel enorme de lujo, bueno, eso pone en el cartel de la entrada—

—¿Nos vamos a quedar aquí?

—Ahora hablamos dentro —cogió su bolsa y mi maleta y empezó a andar hacia la entrada—

—Yo puedo llevar mi maleta —le alcancé y cogí mi mini maleta—

—No tienes fuerzas ni para mantenerte en pie, como no has querido dormirte...

—Oye no me eches nada en cara, encima que lo hago por ti, para que no condujeras solo y aburrido...

—Yo no te lo he pedido —estaba dispuesta a seguir la discusión pero entramos en la recepción del hotel, era enorme y precioso todo, muy de ricos— Buenos días —dijo Jason a la chica que estaba en la recepción, era joven y bastante guapa—

—Hola, ¿os puedo ayudar en algo? —le puso ojitos a Jason, a ver no la culpo, Jason es muy guapo, ¿pero que lo haga delante de mí? no es que me moleste ni nada, pero podría perfectamente ser su novia y ella estaba ahí sonriéndole y con miraditas—

—Estamos haciendo una ruta por toda California, ya era muy tarde para seguir conduciendo y hemos decidido parar aquí, parece una buena elección —la sonrió, no me puedo creer que esté ligando con ella—

—¿Ah si? Qué bien, y ¿de dónde sois?

—Michigan —¿Michigan? ¿en serio, Jason?—

—Seguro que pasais mucho frío allí

—Si, por eso hemos decidido pasar el invierno por aquí —volvió a sonreirla—

—Qué adorable, un viaje con tu hermana pequeña...seguro que vuestros padres están muy contentos —qué zorra, está intentando dejarme mal delante de Jason, no. Se ha equivocado mucho—

—Somos novios —la sonreí muy falsamente y me acerqué a Jason—

—Oh, novios. Lo siento, es que pareces...una niña, pensaba que alguien como él estaría con una chica un poco más madura, por lo menos de su edad —miró a Jason y le sonrió. No me lo puedo creer, puedo parecer muchas cosas pero una niña no, no me ve los tatuajes o qué. No estoy como para que me toquen los cojones—

—Mira guapa...—Jason pasó un brazo por mis hombros y me interrumpió—

—Bueno, necesitamos una habitación

—Si es una suite mucho mejor —dije yo—

—Voy a ver, un segundo —la chica se giró y se alejó del mostrador. Jason me cogió de la cara y me giró hacia él—

—¿Te has puesto celosa de la chica? —me miró sonriendo y levantando una ceja, odio esa cara—

—No, más quisieras —estábamos susurrando—

—¿Y eso de que somos novios? —se acercó más a mi, seguía agarrándome la cara—

—Porque estaba intentando dejarme mal delante tuya, deja de mirarme así

—Ya...—seguía con la cara esa de chulo gilipollas—

—Y tú no me has dejado decirla nada

—Porque no podemos llamar la atención, y tener movida llama la atención

—Ah, claro, porque ligar con la recepcionista es muyyy discreto

—Estás celosa

—¡Que no! Simplemente estoy diciendo lo que estaba pasando —menos mal que volvió la chica—

—Tengo una suite libre, la 224, planta 12 —dejó encima del mostrador dos tarjetas, las que abren la puerta y eso— necesito vuestros nombres

—Max Reynolds, Leah Scott —no iba a decir nada delante de la chica, pero vaya mierda de nombres—

—Perfecto, rellenar este papel y listo

Lo rellenó Jason, yo paso de movidas. Después subimos a la habitación.

—Podrías haber buscado unos nombres mejores...—se giró hacia mí y me miró sonriendo cuando entramos en el ascensor— puedes dejar de mirarme con esa puta cara de tonto, por favor

—Es que me hace gracia que estés enfadada

—No estoy enfadada

—Es verdad, estás celosa —rodé los ojos—

—Que no estoy celosa

—¿Te gusto? —no sabía si lo decía en serio o no, pero seguía mirándome con la cara de chulo que me pone de los nervios—

—No estoy celosa, la chavala estaba intentando dejarme mal delante tuya y la he respondido, ya está

—No me has respondido a la pregunta —tiene razón...no le he respondido, con lo fácil que era decirle "no" no se por qué no lo he hecho—

—Jason, son las 6am, por favor, dame un poco de tregua —menos mal que llegó el ascensor a nuestro piso—

Nos bajamos y andamos un poco por el pasillo hasta la puerta. Abrí yo con mi llave.

—Me voy a dormir —me tiré en la cama, que bueno eran dos camas de matrimonio juntas o sea que era enorme—

—¿Solo hay esta cama? —me senté y le miré mal—

—Que pasa, ¿tanto te molesta dormir conmigo? Si quieres podemos separar las camas —me molestó un poco, la verdad. Él se rió— ¡No te rias! ¿De qué te ríes?

—Estaba de coña, me da igual dormir contigo —volví a tumbarme—

—Guárdate las bromas para dentro de un rato, cuando haya dormido

—Yo voy a llamar a Sebastian

—No, tienes que dormir, encima tú has conducido todo este rato

—Ya dormiré luego

—Y quién me va a proteger de los males de este mundo si tú estás cansado —dije con ironía y me giré hacia él para mirarle, rodó los ojos—

—Vale, vale...lo que tú digas —se tiró a la cama. No estábamos cerca, había espacio de sobra para los dos—

—Buenas noches

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora