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Suspiré pero no le dije nada, seguí a lo mío. Él entró y se sentó en el borde de la cama, sin decir nada tampoco. Yo me estaba colocando el pelo de pie en el espejo, y ya me giré hacia él.

—Solo necesito que me digas una cosa

—El qué —le contesté. Tenía miedo de cuál iba a ser la pregunta, es que me espero cualquier cosa—

—Por qué a Ryan sí y a mi no —no me dijo nada más pero yo sabía a lo que se refería perfectamente—

—Yo creo que eso puedes deducirlo tu solito

—¿Tanto daño te he hecho...?

—Sinceramente, eso me da igual ya. No te guardo rencor, no estoy cabreada. Simplemente no quiero saber nada de ti —tragué saliva— no quiero que formes parte de mi vida —me dolió decirle eso, principalmente porque era mentira, intentaba autoconvencerme yo sola, pero es que no es creíble—

—Yo creo que eso sí es guardarme un poco de rencor —sonrió un poco de lado, me lo dijo con ese tono vacilón que taaanto me ha gustado siempre, qué cabrón...—

—Jason —le miré a la cara, para que pillara bien el mensaje— me destrozaste el corazón. Ya no es el hecho de lo que hicierais a mis espaldas, pero tú me dijiste que no me querías, que me estabas utilizando, y después de todo, los últimos momentos que pasamos, tú sabías perfectamente cómo estaba yo...contigo. Sabías de sobra que me ibas a hacer daño, y lo hiciste igualmente.

—Sabes perfectamente que lo hice por ti, para que se te hiciera más fácil irte, para que no quisieras quedarte, pero era mentira, y lo sabes, Alessia, te lo juro que lo sabes, igual que sabía yo lo que sentías por mí, tu sabías lo que sentía yo por ti. Pero no me has dejado darte explicaciones —se puso de pie y se acercó—

—Creía saber lo que sentías, pero ya veo que fui una ilusa —se estaba acercando más, hasta el punto que tenía que mirar un poco hacia arriba para mirarle a la cara. Y odio admitirlo, pero me estaba poniendo nerviosa que te cagas, me temblaban las piernas, dos años de práctica, de cerrarme, de escudos...para que ahora llegue el gilipollas este y se me vaya todo a la mierda—

—Deja de decir tonterías, por favor. Lo sabías, y lo sabes de sobra, pero te conozco, aunque no te lo creas, y lo admitas o no sabes que te estás haciendo la dura, que dices esas cosas para alejarme de ti, porque no quieres asumir lo que sientes, te da miedo

—Tú ya no me conoces, Jason. He cambiado, ya no soy esa chica super buena, confiada, que se preocupaba por todos, que se enamoraba muy fácil, desgraciadamente ya no soy así, para lo bueno y para lo malo.

—Sabes por qué eres así —rodé los ojos—

—Venga, tú que sabes todo, dime

—No confías en nadie porque no son yo, no te abres a nadie porque no son yo, no te enamoras fácil porque ya estás enamorada de mi, y eso, aunque te joda, no va a cambiar —yo estaba casi pegada a la pared de alejarme de él. Él, apoyó la mano en la pared, al lado de mi cara, casi atrapándome. Muy muy cerca, más de lo que yo me habría imaginado—

La verdad es que me dejó un poco sin palabras, me dieron ganas de llorar y todo, en todo este tiempo siempre he evitado este tema, nunca nadie me había sido tan directo respecto a esto, era algo que tenía guardado en una caja muy muy al fondo, pero, me imagino, que desde que he vuelto, por mucho que quiera, esa caja ha salido. Pero, como siempre ha sido con Jason, no voy a dejar que vea que me ha afectado, ni voy a flaquear ni nada. Nunca lo he hecho, mucho menos ahora

—Si a ti te ayuda con tu autoestima pensar eso, adelante, piénsalo. Pero te vas a dar una hostia...—me coloqué el vestido y cogí mi bolso—

—Ya veremos —no le contesté, me fui. Él venía detrás—

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora