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Me quedé super descolocada por la llamada de Ryan. No me lo esperaba para nada, aunque, conociendo a mi Ryan podría habermelo imaginado...En realidad le echo tanto de menos...no puedo evitarlo, no puedo esconderlo.

A él siempre le he querido como a vamos, mi gemelo, desde el primer día ha hecho todo por mi, por cuidarme, porque me sintiera bien, porque fuera feliz, joder, ya podría haberme enamorado de él...pero esas cosas, por suerte o por desgracia, no se eligen.
Pero yo sigo queriendole más que a nadie. Y le echo mucho, mucho de menos.

Tenerle por aquí, dándome consejos y tranquilizandome ante cualquier tontería que se me venía a la cabeza. Ryan siempre ha sido tan tan bueno hablando, de verdad, habla y te quedas embobada, sabe lo qué decir justo en el momento adecuado, tiene siempre las palabras que necesitas escuchar. Y es un amor...es que es más bueno, de verdad.

Las dos semanas siguientes, más o menos, fueron un horror. Estuve super decaída, no me apetecía nada, no paraba de darle vueltas a las cosas y a esa llamada. Pensar cómo se tuvo que sentir Ryan al ver que no le cogía el teléfono, me partía el corazón.

Yo me empecé a juntar más con los chicos, en los descansos, a la salida, cuando no estaba con Becca estaba con ellos. Y alguna tarde también quedé con ellos. Pero nunca salí de fiesta.

Seguía sin tener esa confianza, me daba miedo, estaba reprimida, no quería abrirme demasiado y que...me doliera. Otra vez.
Pero por parte de los chicos, bastante bien, la verdad, siempre han sido muy simpáticos conmigo, me tratan genial, me hacen reir, de verdad son super buenos chicos. El problema es mio.

Pero yo seguía comiéndome la cabeza...Tenía que llamar a Ryan, no podía...él no. Él no tiene culpa.
Al principio dudé que me cogiera el teléfono, tardó un rato, pero no colgué. Y al final lo cogió.

—Alessia...—estaba entre emocionado y sorprendido—

—Hola Ryan

—No me esperaba que me llamaras, sinceramente no confiaba en volver a hablar contigo en mucho tiempo...

—Anda, tonto, no digas eso, si sabes de sobra que no puedo resistirme a ti —intenté quitar importancia al asunto. Que todo fuera normal...eso es lo único que quería—

—Lo siento...Alessia de verdad lo siento mucho —me metí en la cama— No debería...podría haber sido diferente...no puedo...

—Ryan, déjalo —le interrumpí— la que te tiene que pedir perdón soy yo, me comporté un poco mal. Pero no te preocupes, por favor, se que todo lo que hiciste fue por mi bien, si no hubiera sido así, se que no habrías dejado que pasara, de verdad Ryan, quiero que estés tranquilo, se que no es tu culpa y entiendo por qué lo hiciste. De verdad...

—Jason...—ahí sí que le interrumpí—

—No, ni se te ocurra. No quiero escuchar nada de él nunca más. Ya bastante me está costando olvidarle yo sola...todo el rato, Ryan, cada cosa que veo, cada cosa que me pasa, cada persona que se me acerca, me recuerda a él. Y se que no voy a poder olvidarle nunca, pero por lo menos quiero intentarlo, o fingir que lo he conseguido —estaba a punto de llorar, pero no iba a permitirlo—

—Bueno, cuéntame qué tal te va por allí —sonreí aunque no podía verlo—

—Bien, a lo mío. Los desfiles fueron genial. Las clases de momento bien, es muy distinto aquí. Tengo una amiga y me estoy juntanto también con un grupo de chavales, pero sin más, estoy como un poco al borde de todo, sabes. No quiero implicarme mucho...

—Me alegro mucho...

—¿Qué tal tú? Te he echado tanto de menos...te echo tanto de menos...aquí conmigo, consolándome mis penas —me reí un poco—

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora