5

22 4 0
                                    

Estos dos años han sido, la verdad, de lo mejor...tanta tranquilidad, sin movidas, sin familiares obligándome y presionándome a hacer cosas, sin...nadie. No lo se, me gusta, podría acostumbrarme a estar así.

Y con los chicos super bien también, he cogido mucha confianza con todos, y con Becca, todo genial, de verdad. Aunque nunca he llegado a abrirme...del todo, sigo un poco cerrada a coger confianza y esas cosas.

También he conseguido olvidarme de...todo. Bueno, mentira, no olvidarme, pero he aprendido a vivir con ello e ignorar cada pensamiento, pero está claro que tiene mucho efecto en mi.
No me ha vuelto a gustar ningún chico, no he mirado a ningún chico de esa forma, ni lo he intentado, ni siquiera me he sentido atraida físicamente por nadie.
Aunque con Marco...tengo que admitir que siempre he sentido algo...extraño, pero tampoco he dejado que fuera a más, siempre me he dicho que es cariño y ya está. Porque es lo que quiero que sea, no quiero más decepciones, ni cagarla con él, la relación que tenemos ahora es tan perfecta que me da miedo liarla.

Y ya he terminado el último año de la universidad por fin, justo esta semana hemos terminado los exámenes y se 100% que los tengo aprobados, así que para mí se ha acabado todo ya, ahora a disfrutar y descansar, que vaya año...

Es viernes hoy, por la mañana y estaba, la verdad, tumbada en el sillón sin hacer absolutamente nada. Marco estaba conmigo, vino esta mañana porque se aburría o no se que, y él está igual que yo tirado en el otro sillón.

Hasta que llamaron a la puerta.

—Abreee —le dije a Marco—

—Alessia es tu casa, abre tú anda —se rió, yo me levanté resoplando—

Cuando abrí la puerta me quedé clavada en el suelo, como si se hubiera paralizado todo, es más, yo me quedé paralizada unos segundos hasta que reaccioné y cerré la puerta rápido.

No me lo podía creer, ahora que iba todo bien, todo, que por fin me sentía a gusto en un sitio, tranquila...

Me quedé de pie igual que estaba mirando la puerta cerrada.

—Alessia...—le escuché al otro lado de la puerta— ábreme, por favor —cerré los ojos fuerte como si así fuera a desaparecer...—

Vino Marco y se quedó de pie, apoyado en la pared mirándome, no dijo nada, no me preguntó quién era, no hizo nada, simplemente se quedó mirándome, medio triste. Me extrañaba todo tanto...

Me acerqué a él, solo quería abrazarle...y le llamaron por teléfono. Sacó el móvil del bolsillo del pantalón y vi quién le llamaba.

"De Luca"

—No me lo puedo creer —dije susurrando casi más para mí que para él— Marco...—estaban ya las lágrimas ahí, y tampoco pensaba aguantarme—

—Alessia...ven, anda —me cogió de la mano y me pegó a él, yo ni reaccioné, no podía hacer nada, ni cabrearme, estaba tan...flipando—

No me di cuenta ni cuando ni como pero abrió la puerta de casa y de repente me encontré en frente con Jason y Marco.

—No me lo puedo creer...otra vez no...otra vez...cómo puedo ser tan tonta, joder, qué he hecho para merecerme toda esta puta mierda. Marco...ahora que estaba empezando a confiar, a soltarme, a vivir, a todo joder...Otra vez...—me pasé las manos por la cara y me aparté el flequillo, me estaban entrando unos calores...—

—Alessia —dijo Jason—

—No te quiero escuchar ni una palabra —se lo dije muy en serio y sentí hasta casi odio—

—Alessia...escúchame a mi, por favor —ahora Marco—

—No, tampoco quiero hablar contigo ahora, Marco, lo siento...—miré a Jason—

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora