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Ryan se vino a comer, le estuvimos contando todo y luego se fue.

Por la tarde estábamos, bueno, estaba esperando a que llegara Liam. Jason me había puesto como un auricular, que iba dentro de la oreja y no se veía, para escuchar lo mismo que yo y poder decirme cosas.
Muy rollo espía todo. Pero la verdad es que estaba asustada.

No entiendo por qué Jason se está tomando esto tan enserio cuando me dijo que probablemente no fuera nada, pero no se, supongo que él tampoco quiere jugársela.

Llamaron a la puerta. Probablemente fuera él. Estábamos los dos en el sillón y se levantó él a abrir.

—No, tú vete, abro yo, y así escuchas lo que sea —se lo dije prácticamente susurrando por si acaso, asintió—

—Oye...ten cuidado, ¿vale? —ahora asentí yo y se fue a su habitación—

Abrí haciendo como si nada.

—Holaaa —si que era él—

—Hola. ¿No está Jason en casa? —No sabía qué decir pero Jason me dijo por el auricular este que le dijera que no—

—No, se ha ido a comprar.

—Pues si prefieres que nos quedemos aquí, ya que estoy, he traído el pen drive con las cosas —Jason me dijo que si, y la verdad me sentía más segura—

—Si, claro, vamos al salón —entramos y nos sentamos en el sillón— ¿quieres algo de beber?

—Un poco de agua me sirve —fui a la cocina y volví con el vaso de agua— gracias —me senté a su lado—

—¿Necesitas que traiga mi ordenador para verlo o algo?

—No hace falta, te lo dejo aquí y ya lo ves tú

—Ah, vale...

—En realidad yo no quiero hacer esto

—¿El qué...? —pregunté extrañada—

—Es una pena porque eres muy guapa —me cogió un mechón de pelo y me lo acarició y luego las manos, me recordó mucho a la cena con el ruso, qué asco— tienes potencial, podrían haberte sacado más provecho

—¿Qué coño estás diciendo? —como no aparezca ya Jason le mato—

—Yo solo sigo órdenes —y en un momento rápido me cogió con su brazo en mi cuello ahogándome totalmente—

—Cabrón...—no me salía la voz a penas— para quién...coño trabajas —estaba intentando soltarme pero no podía. No se a qué cojones espera Jason. Y apareció, no estaba empezando a quedarme inconsciente, veía borroso—

—Suéltala o te mato —con la poca visión que tenía vi que le había puesto la pistola en la cabeza, tampoco podía dispararle en otra parte porque estoy yo encima de él, mi espalda contra su pecho, tumbados en el sillón—

—No, no vas a hacerme nada —se rió y no me soltó, yo no podía más. Jason le dio un golpe con el mango de la pistola en la cabeza, lo que hizo que me soltara y me caí al suelo. Empecé a toser y a respirar muy fuerte. Jason le cogió y le levantó del sillón—

—Llama a Ryan —fue casi una orden—

Le llamé y no tardó mucho en cogerlo.

—Ryan, ven...a casa —todavía me estaba recomponiendo—

—¿Qué pasa? ¿estás bien?

—Si, pero ven, ya —colgué y me levanté del suelo. Estaba un poco mareada—

—Alessia ven —me acerqué. Le tenía cogido por los brazos inmovilizado— vacíale los bolsillos, mira en la cintura del pantalón y en los tobillos, quítale todo lo que tenga

Lo hice. En los bolsillos solo tenía el móvil y una navaja, en la cintura y en los tobillos nada.
Pero cuando me iba a levantar, porque para los tobillos tenía que agacharme, me dio un rodillazo en la cara que me pilló la boca y la nariz, perdí el equilibrio y me caí al suelo.

Y la verdad me dolió, me dejó un poco desorientada por un momento.

—Eres una zorra, me habías dicho que no estaba

—Y tú vaya mierda de asesino que has confiado en mi, podrías haberte asegurado de que estabamos solos, y ¿que pretendías? ¿asfixiarme? hay métodos más rápidos, ¿sabes?

—Alessia...—me dijo Jason, que estaba un poco alterado pero en realidad se estaba aguantando la risa—

—Perdón, perdón —me senté en el sillón porque me dolía un poco la cabeza, entre el golpe y la falta de aire...y no se por qué me temo que esto va a ser como lo del dedo y me va a doler más cuando pase el tiempo. Tampoco pude descansar mucho porque llamaron a la puerta—

—Abre —por el tiempo que tardó supuse que era Ryan. Si—

—Alessia...¿qué te ha pasado? ¿por qué estás sangrando? —ni me había dado cuenta de que estaba sangrando. Ryan si que estaba alterado. Miró hacia el salón y vio el panorama, fue directo—

—¿Ha sido él? —me dijo— ¿has sido tú, cerdo de mierda? —le dio un puñetazo, ninguno se lo impedimos la verdad, pero Ryan seguía sujetándole—

—Alessia, siéntate en el sillón y descansa un poco —me ordenó Jason— Ryan acércame esa silla —le trajo la silla y sentó a Liam bruscamente— que no se mueva de aquí —se fue un segundo y volvió con cinta aislante, le ató las manos a la espalda y los pies a la silla, quedaba atrapado—

—¿Qué pasa, Jase? ¿Qué ha hecho? —Ryan me miró, Jason no le contestó—

—¿Quién te ha mandado? Nikolai, ¿verdad? —estaba Jason de pie en frente suya, Ryan al lado de Jason con los brazos cruzados, parece que no se enteraba de mucho pero ahí estaba—

Tengo que decir que nunca he visto a Ryan en este plan y madre mía, está guapo e impone bastante.

—¿Por qué te piensas que te voy a decir algo? —dijo Liam—

—¿Desde el principio? —Jason sabía perfectamente que si trabajaba para Nikolai—

—Pues claro, por qué te crees si no que me iba a interesar en ella, a parte de porque está buena. Es una tonta, no tiene nada más que belleza —me tocó los cojones, me molesta mucho que piensen eso de mi y desgraciadamente es lo que piensa todo el mundo. Me acerqué a él—

—Ni se te ocurra volver a hablar así de mi

—¿O qué? Vas a llamar a papi —dijo imitando voz de llorar. Me tocó los cojones mucho. Yo tengo fuerza porque hago deporte y tal, tampoco mucha, pero algo sí, el problema es que no podía pegarle porque no se y probablemente no sirva para nada. Miré a mi alrededor a ver si podía pillar algo y vi su navaja, fui a cogerla y la verdad, solo pretendía asustarle— no vas a hacerme nada —estaba muy seguro y eso me molestó aún más, y yo tengo bastante paciencia pero como me cabrees y me toques los cojones soy una hija de puta. La abrí y se la clavé en la pierna—

—Yo no necesito llamar a mi padre ni a nadie para que me defiendan

—Zorra...—le dolía porque se le veía en la cara—

—Que no la insultes —dijo Ryan—

—Chicos, calmaos —Jason estaba bastante relajado, parecía que había hecho esto mil veces, me recuerda mucho a su padre— voy a hablar con él, Alessia ve a limpiarte al baño, Ryan ve con ella y ayúdala, luego volvéis —cualquiera le lleva la contraria, que miedo. Fui a mi baño, Jason le dijo algo a Ryan antes de que se viniera conmigo, pero no pude escucharlo—

Me metí en el baño y me miré en el espejo. Estaba peor de lo que pensaba.

Seguía sangrando por la nariz y el labio, aunque por el labio ya casi nada, y me estaba goteando por todo el cuello. Tenía la sudadera manchadísima, probablemente la tire. Danco estaba aquí conmigo, le cerré fuera en mi habitación, no se mucho de perros pero me da cosa que me vea así y todo eso, yo que se.

Me quité la sudadera y me hice un moño para no mancharme el pelo.

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora