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Después de comer algo nos sentamos en el sillón a poner la tele, aunque yo ni sabía lo que estábamos viendo, estaba como si estuviera drogadísima, en un mundo paralelo.

Hasta que empezó a sonar la puerta, como si estuvieran intentando abrirla.
Miré a Ryan y fui corriendo hacia la puerta.

—Alessia, espera —vino detrás de mi. Puedo ser una inconsciente y ahora estar fatal, pero no pensaba abrir la puerta así, sin más. Primero miré por la mirilla—

Cuando vi que era Jason tuve...sentimientos encontrados hacia él que, muy probablemente, estén afectados por mi estado.
Pero abrí la puerta. Sentí un gran alivio al ver que estaba bien.

Abrí y le abracé. Él no se lo esperó, y yo la verdad tampoco, no se por qué cojones hice eso.

—Alessia...¿estás bien? —ya nos habíamos separado—

—Si, claro, estoy perfectamente

—No, no lo está —dijo Ryan mientras entrábamos al salón—

—¿Cómo que no? ¿Qué ha pasado? —nos sentamos en el sillón—

—No ha pasado nada, estoy bien. Cuéntanos tú qué ha pasado

—No se que le pasa, pero está mal, ha tenido alucinaciones y todo —contestó Ryan ignorándome por completo— no me ha dejado llevarla al médico

—Mentiroso. No he tenido alucinaciones, estoy bien —dije mientras me envolvía en la manta—

—¿Ah, si? ¿Cuántas capas llevas de ropa? —suspiré—

—¿Contando la manta?...5

—¿Y qué temperatura hace aquí dentro de casa? —se acercó a mirar el termostato de la pared— 20C.

—Voy a llamar a un médico. No tienes buena cara —Jason se levantó y fue a llamar por teléfono—

—Que no, joder, ya soy mayorcita como para saber si estoy bien o mal —me ignoraron por completo los dos. Ryan se acercó a Jason y se pusieron a hablar hasta que le cogió el teléfono el médico— no os soporto...—después de colgar siguieron hablando unos minutos y volvieron al salón—

—Bueno, yo me voy a ir ya —dijo Ryan y se acercó a mi— Alessia...no pasa nada por admitir que no te encuentras bien, nos pasa a todos...Mañana nos vemos —me dio un beso en la cara y en estos momentos...no estoy preparada para afrontarlo—

—No te vaaaaayas —le agarré del brazo. Me doy vergüenza, ni borracha soy tan moñas— no me dejes sola con Jason...me va a regañar —él se rió un poco—

—Vas a estar bien...tranquiiila, y haz caso a lo que te diga el médico, por favor —rodé los ojos—

—Toma tu chaqueta

—Mañana me la das —me guiñó un ojo— venga, hasta luego chicos —se fue. Jason se acercó a mi—

—¿Qué te pasa, Alessia? —se sentó en la mesa que tenemos en frente del sillón mirándome, es de estas bajitas y es grande, soporta su peso—

—Nada, yo estoy bien, no se por qué insistís tanto...

—Tienes los mofletes rojos, los labios pálidos, unas ojeras impresionantes, llevas 5 capas de ropa estando a 20C, has tenido alucinaciones, ¿sigo?...Va a venir el médico en 5 minutos, por favor, si no me lo quieres contar a mi, por lo menos diselo a él. Pero que sepas que no voy a pensar que eres débil ni nada por el estilo —Me pareció tierno...y me dio penita la verdad—

—No se qué me pasa. Esta mañana me dolía un poco la cabeza y tenía un poco de frío, nada fuera de lo normal. Pero ha ido empeorando.

—¿Te has tomado algo?

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora