Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)

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- Lo~lo siento mucho -Dice el pelinegro levantándose del suelo luego de enredarse con las agujetas de sus zapatos y caerse en plena sala encima de una señora que estaba en fila - ¿Se encuentra bien?, ¿Se lastimó? - Le decía mientras le ayudaba a levantarse.

- Descuide jóven, estoy bien, pero usted, procure atar bien sus zapatos - Le dice la señora con semblante serio y él asiente muchas veces.

Por compensación, atendieron primero a aquella señora que solicitaba un traslado de el 80% del dinero en su cuenta a otra cuenta.

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- ¿Hablan en serio? - Pregunta Jimin a los chicos que había mandado llamar hace unos minutos.

- Si señor, el nuevo cajero... Cumple con su trabajo a través de la caja, pero cuando sale de ella se convierte en, con perdón suyo señor Park, se convierte en un completo idiota.

- Idiota, idiota, ¿En qué sentido? - Pregunta el rubio con semblante uniforme.

- ¿No lo ha visto usted por las cámaras? - Pregunta Yoongi.

- La verdad no, tras de que he estado ausente, las cámaras están en mantenimiento en este momento, así que no he podido ver nada - Responde el rubio - Ahora sí díganme, ¿Él es idiota en qué sentido?.

- En todos señor... Parece que tuviese pesas en los tobillos, vive cayéndose a cada rato, se ha caído encima de varios clientes, a veces dice cosas sin sentido, hasta trabó la fotocopiadora. Sinceramente, es un desastre andante - Replica Yoongi con una de sus manos en su frente.

- Tendré que vigilarlo de cerca entonces, alguien así es demasiado peligroso para el equilibrio de un negocio - Replica Jimin mientras mira su reloj - Ryujin, Yoongi, pueden irse, gracias.

- Con permiso, señor Park - Exclaman los mencionados para retirarse de la oficina del jefe.

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La respetada familia Park se encontraba reunida en la mesa de la gran mansión, todos estaban en completo silencio mientras comían.

- ¿Cómo va todo en la empresa? - Pregunta de repente el señor Park.

- De maravilla - Responde el rubio con su expresión uniforme.

El pelinegro estira su mano hasta la cuenca con las tortas de queso, pero siente un golpe en su mano que lo detiene.

- Que no se te ocurra. No puedes comer eso, es mucha grasa. Es más, no sé ni por qué trajeron esto a la mesa - Replica la señora Park enojada - ¡¡Maitte!!, ¡¡Maitte dónde te has metido!!.

- Dígame señora -Responde la mujer corriendo hasta la mesa.

- Llévate esas porquerías de la mesa. Y me dices en este instante quién las pidió - Vuelve a decir la mujer enojada - ¡Habla!

- Fui~fui yo, señora, de verdad discúlpeme. Lo hice por qué sé que al niño Park le gus... - La señora le da un manotazo haciendo que se le caiga el cuenco y todas las tortas se rieguen en el suelo.

- ¿Quién te crees que eres?, Sólo eres una maldita criada. Conoce tu lugar, no seas igualada, sabes que MI hijo no puede comer estás porquerías. ¡Recoge todo esto y lárgate!, ¡Fuera de mi vista! - Vuelve a decir aquella mujer histérica.