🖤04🖤

100 20 0
                                    

Jungkook

Estos tres días serán algo relajantes a pesar de que no me los van a pagar, pero lo merezco, debí reconocer ese cheque, así el banco no estaría en las que está ahora, sólo espero que el señor Park pueda solucionarlo pronto.

Luego de ver de cerca al señor Park, le tengo aún más miedo del que ya solía tenerle. Su mirada es tan pesada que siento que voy a caer desmayado en cualquier momento y que quizá ya no pueda volver a levantarme. Cada que lo recuerdo me causa escalofríos...

Ahora me encuentro en mi cuarto, des atrasando mis deberes de la universidad, para tener más tiempo y descansar cuando vuelva a trabajar de nuevo, me encantaría poder convencer de alguna forma al señor Park para que si me remunere mi quincena completa, pero eso sería tal y cómo hacer llover de para arriba, imposible. Así que no tengo de otra que resignarme.

— ¡Estoy en casa! — Escuché decir a Jin desde la puerta.

— ¿Cómo te fue, hyung? — Le pregunté cuando llegó a mi cuarto y se sentó en mi cama.

— Hoy fue un día ajetreado, menos mal no estabas, te hubieses vuelto loco. El señor Park estaba de peor humor que de costumbre, todo porque su padre, el fundador del banco, iba de visita hoy — Explica Jin — Fue una pesadilla, te lo juro. ¿Cómo la has pasado aquí?

— Ay hyung, debes estar muy cansado. Yo la he pasado bien aquí, hice la comida y está en el microondas, puedes ir a calentarla, lavé la ropa sucia, hice aseo general a la casa, pero tranquilo, no rompí nada esta vez, ¿Ok? — Dije riendo, contagiándolo a él también.

— Me alegra mucho Kookie, voy a comer y vuelvo para hacerte compañía — Me dice él y yo asiento mientras presto atención a la computadora.

Hice todos los deberes que tenía pendientes mientras hablaba con Jin animadamente, le conté sobre mi cita con Gill y se alegró mucho, tal vez esta sería la oportunidad que tanto he estado esperando para acabar con mi mala suerte en el amor.

Pues, todas las chicas que me han gustado antes, me han rechazado por mi personalidad introvertida, torpeza y por no ser nada atractivo. 

Por eso, hoy, a mis 23 años, no he estado nunca en una relación seria, y sigo conservando la virginidad intacta, menos de boca, pues he besado a sólo dos chicas.

Hablamos hasta apenas hace media hora, pues él estaba muy cansado y quería dormir, así que ambos nos fuimos a la cama y apagamos las luces del apartamento a las ocho de la noche, ahora me encuentro en mi cama, mirando al techo, pensativo... Hasta que de la nada, el señor Park irrumpe en mis pensamientos y no entiendo el por qué.

Ayer pude verlo de cerca, más no en las mejores condiciones, porque estaba sumamente enojado conmigo, sólo recibí gritos y regaños de su parte, es más bajo que yo, por mucha diferencia de estatura, pero eso no le impide ser extremadamente imponente y sobre todo, emanar un aura dominante y poderosa que hace que te sientas terriblemente pequeño a su lado, sin contar que es aterrador en todo el sentido de la palabra. Pero, también es un hombre bastante atractivo, buen porte, se le nota la elegancia a metros, se nota que es bastante estudiado pues se expresa de una forma increíble, cuida bastante de su apariencia física pues su cuerpo está perfectamente moldeado, una excelente figura que es imposible pasar por alto, pero lo que más me llamaron la atención fueron sus ojos... Unos ojos pequeños, color verde claro, tan misteriosos y llamativos, de esos que pueden penetrarte hasta el alma. Nunca había visto ningún hombre cómo él.

Esperen, ¿Qué hago describiendo así a mi jefe?, ni que me hubiese enamorado de él, talvez es la impresión que me dio ayer, al verlo de cerca. No me gustan los hombres. No lo digo porque sea homofóbico ni nada por el estilo, porque no lo soy, es sólo que los hombres no me atraen.

Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora