Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)

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— Les juro que si no hubiese sido porque es urgente y necesario compartir este inconveniente conmigo, no lo hubiera atendido personalmente... — Dijo Jimin ante toda la junta directiva que estaba reunida en la sala de juntas del banco, a la que él había asistido de forma virtual, con un telón blanco de fondo, no quería dar pista de dónde se encontraba.

— Claro, señor Park, justo por la magnitud de esto fue que lo citamos personalmente, es algo que a mí se me sale de las manos — Contesta Hoseok, Jimin asiente.

— Lo comprendo. Y sí, esto es un grave problema, sigo sin comprender cómo fue que mi padre auto saboteó el camino del trato con los Choi, cuando esta alianza era la más fructífera para poder afrontar mejor las nuevas exigencias del Banco de la República... Ahí se perdió una cantidad tan escandalosa de dinero que... Nos va a meter en serios problemas... — Dijo Jimin — Señor contador, necesito que comience a evaluar ahora mismo todos los registros que hayan de este auto sabotaje para determinar si esto se debió a un fraude o no...

— Si señor, cómo usted diga... — Respondió el contador mientras Jihyo, quién estaba a su lado, apuntaba todo.

— De verdad, no sé que estaba pensando el señor Park al hacer esto — Añadió uno de los socios.

— Pensó que no nos daríamos cuenta, es demasiado confiado, eso lo traiciona... — Dice Jimin —No podemos permitir que se de cuenta que lo descubrimos, no hasta que lleguemos al fondo de esto, ¿Entendido?

— Si, señor Park... — Respondieron todos en la sala.

Luego de haber discutido otros puntos de interés, contando sobre la especulación que se ha hecho fuerte los últimos meses: El padre de Jimin va a liquidar el banco, la reunión finalizó y Jimin se desconectó y cerró la computadora, luego se levantó de la mesa para recoger el telón blanco que había puesto de fondo.

— Oye, estás muy inquieto hoy, mi amor — Dijo Jimin mientras acariciaba su pancita — Para decirme que me quieres no necesitas patear tan brusco. Yo ya tengo entendido que me amas tanto cómo yo a ti.

Luego de organizar todo, fue a por su mejor acompañante en estos cinco meses, su helado de mandarina. Rosé y Jihyo le traían por montones pues, era uno de sus antojos favoritos, luego de agarrar un pote y una cucharita se fue a su habitación para ver la telenovela que lo tenía obsesionado. Mientras comía, en su novela apareció una escena de ecografía para la hermana de la protagonista, que sería la revelación del sexo del bebé que esperaba.

— Ojalá todos los bebés fueran así... — Esbozó para mirar su pancita y acariciarla — Desde que tenía cuatro meses estoy lidiando para que te dejes ver pero no más no quieres, y ya tengo seis meses, casi siete y no sé si eres niño o niña... A ver si para la próxima si te dejas ver, mi amor.

El celular de Jimin comienza a vibrar, era una llamada de Rosé, así que contestó.

— ¿Hola?

— ¿Cómo está el embarazado más precioso?

— Ay, ya deja esa melosería, no te queda. Pero estoy bien, gracias, estoy viendo mi novela, así que dime rápido que es lo que quieres.

— Me alegra mucho y lo siento, llamaba para avisarte que pude apartar la cita para la ecografía el próximo sábado... 

— A ver si por fin este sobrino o sobrina tuya se deja ver... 

— Sí, porque ya van cinco ecografías y nada que sabemos si es niño o niña.