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Los dos entraron al gran salón, estaba decorado con adornos amarillos y negros, habían muchas mesas con manteles dorados con diseño de flores y hojas, con aperitivos, snacks, fuente de chocolate, fresas y pasabocas. Así como había otra mesa con la torre de copas con la que en unas horas se haría el brindis por los recién graduados.

El salón era enorme y estaba tan abarrotado de gente de la alta que Jungkook por un momento se sintió mal, esos ambientes tan ostentosos y lujosos, junto con todas esas personas poderosas, no era lo que él acostumbraba a frecuentar.

— Jeon... — El mencionado salió del trance en el que estaba y miró a su jefe, quién lo miraba algo preocupado — ¿Le pasa algo?, ¿Se siente mal?

— Un poco... Estar en un lugar donde hay tanta gente importante... Me hace sentir un poco... Cómo si fuera un intruso, siento que no encajo — Dice Jungkook mirando al suelo.

— Jeon... — El mayor agarró suavemente el mentón del más alto e hizo que lo mirara — Usted no es más ni menos que nadie. Todos somos personas y sin importar el dinero, el prestigio y la posición social que tengamos, todos tenemos el mismo valor y merecemos el mismo respeto. Así que no se deje engañar, y no se sienta mal por eso. Además, usted es invitado de Jihyo, no se sienta mal por eso Jeon. Venga, vamos — Dijo el mayor mientras agarraba la mano del menor y comenzaba a caminar con el menor siguiéndolo como un niño pequeño agarrado a la mano de su mamá.

Caminaron entre la multitud hasta que llegaron dónde estaba Jihyo. Esta los saludó y le agradeció a Jungkook por haber venido. La ceremonia comienza, todos los graduandos estaban muy emocionados, a cada uno le entregaron su diploma y dijo su discurso. Luego, llegó el momento de las fotografías con la familia, Jihyo se tomó muchas fotografías con sus padres, su hermano y el esposo de su hermano, que había llegado un poco tarde. Jungkook sólo miraba todo con una sonrisa desde la mesa, bueno, en sí solo miraba a alguien en específico.

Sus ojos sólo podían enfocar al señor Park, cada movimiento, cada gesto, cada palabra que salía de su boca, estaba atento a todo y le fascinaba todo lo que él hacía.

Pero su expresión se volvía sombría cuando Namjoon se acercaba a él o peor cuando lo besaba, aunque podía notar algo extraño en el señor Park.

Pareciera cómo si le diese ¿Asco? Besar a su esposo, incluso intenta mantenerse alejado de él. Era muy extraño.

Pero eso, no podía quitar la tristeza y el miedo que le daba cada que veía al señor Park, claro, además de la alegría y los nervios. Jungkook tenía miedo de lo que su jefe podría hacerle, bueno, de lo que ya le estaba haciendo.

Él se había enamorado de alguien que podría romperle el corazón, peor de lo que ya se lo habían roto. Porque de la forma en la que estaba enamorado de su jefe, no lo había estado de nadie antes, eso lo frustraba enormemente.

— Jungkook, me alegra muchísimo que haya podido asistir — Dice Jihyo mientras que el mencionado se acercaba junto con Jimin y su esposo.

— No hay de qué, señorita Jihyo, muchas felicidades y le deseo la mejor suerte del mundo en su vida profesional a partir de ahora — Le responde este con una sonrisa amable, misma que cautiva a Jimin, causando que se quede mirándolo fijamente.

— Muchas gracias por los buenos deseos Jungkook — Le responde la chica.

Jungkook voltea a ver a su jefe de reojo y puede notar que Namjoon no le aparta la mirada de encima, lo mira de la misma forma que hace unas horas, como si estuviese buscando algo en su rostro, como si hubiese conocido a alguien que era físicamente parecido a él. Eso era extraño. Ninguno de sus más allegados se llevaba con gente de la alta.

Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora