Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)

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Ya estaba profundamente dormido cuándo sintió un golpe fuerte en la entrada de la casa, que lo hizo despertarse de golpe, se levantó con cuidado para verificar que había sido, y lo que vio lo dejó aterrado.

— ¡Dios santo, Jin!, Hermano, ¿Qué te pasó? — Preguntó Jungkook preocupado acercándose a un Seokjin con moretones en el rostro, la nariz y la boca rota y sangrando, uno que apenas podía tenerse en pie — Di algo por Dios, ¿Qué pasó?, ¿Por qué estás así?

— N-nada, no es nada, sólo... Me iban a atracar y... Cómo no tenía nada de valor, me golpearon, es todo — Explica el mayor con dificultad, pero Jungkook no se cree ese cuento.

El chico de lentes fue a por el botiquín y rápidamente comenzó a desinfectar y cubrir las heridas de su mejor amigo, mientras este se quejaba por el ardor que le producía el alcohol y las cremas que Jungkook le aplicaba. 

— ¿Puedes no hacerlo tan fuerte?, ¡Me va a llegar hasta los huesos! —  Se queja el mayor.

— Ya, ya, no seas tan quejambroso que ya terminé — Respondió el chico de lentes poniendo la última bandita, cerró el botiquín y se sentó a un lado de su amigo —  Ahora si, me vas a contar con todo lujo de detalles, ¿Qué fue lo que te pasó?, porque ese cuento de la atracada no me lo creo — El mayor bajó la mirada — Hyung... Ese hombre con el que sales, ¿Te hizo esto?, ¿Se atrevió a golpearte?

— ¿Eh?, ¿C-cómo sabes que yo... Estoy saliendo con alguien? 

— No soy tan bruto como piensas, pero ahora respóndeme con la verdad, hermano... — Dijo Jungkook posando una de sus manos en el rostro del mayor — ¿Ese hombre fue el que te hizo esto?

— No, no fue él. Él sería incapaz... Me ha demostrado que prefiere matarse antes que hacerme daño — Explica Jin —... Fueron unos tipos raros, no los conozco. Parece que fueron enviados por alguien para darle un merecido a otra persona seguramente por un pleito o por venganza porque mencionaron algo sobre... Meterse con alguien sin saber quién es en realidad y me confundieron con esa persona a la que buscaban, apenas se dieron cuenta, me dejaron allí tirado en la acera y se fueron.

Jungkook en ese momento sólo pudo pensar en algo, o bueno, alguien que talvez no tenía algún resentimiento con Jin, pero si con él.

Kim Namjoon.

Talvez, había enviado al grupo de matones que siempre busca, con los que ha hecho todas sus fechorías, los que quizá habían sido los que habían matado a su hermano, los había enviado para que lo agredieran en venganza del enfrentamiento el día de ayer en el banco cuando defendió a Jimin. Y al estar oscuro, y al Jin tener anatomía y altura similar a la suya, lo confundieron con él.

— ¿Qué tanto piensas, niño? —  Pregunta el mayor mirándolo confundido.

— Oh, nada... Menos mal esto no pasó a mayores, ven, te ayudaré a cambiarte para que duermas, te voy a hacer un té de valeriana para que puedas descansar — Le dice el menor mientras lo ayudaba a levantarse.

— Gracias Jungkookie —  Dijo el mayor levantándose con dificultad.

 Luego de que lo ayudase a cambiar de ropa, a lavarse los dientes, le hiciera su tratamiento de skincare, le hiciera unos masajes, le diera un analgésico para el dolor y le diera el té de valeriana, Jungkook arropó a su amigo y le deseó las buenas noches, este le respondió de vuelta, luego se fue a su cuarto y volvió a acostarse, aún pensando en esa posibilidad de que el autor de esto fuese el malnacido de Kim.

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Ya era casi la hora de almuerzo y los usuarios en fila aún eran muchos, eso estaba preocupando a todos los empleados, pues aunque los minutos extras que trabajaran siempre se veían reflejados en su pago, su hora de almuerzo se acortaría más. Jimin se encontraba en su oficina firmando algunos papeles, cuando terminó de hacerlo, verificó las cámaras de seguridad una vez más, lo hacía muy seguido para ver con sus propios ojos la atención y el desempeño de sus empleados para con los usuarios. En la cámara ocho se enfocaban los cajeros, observó a Jungkook por medio de esta mientras sonreía bobamente, miró la hora que era y mordió su labio de forma traviesa, se le ocurrió jugarle una pequeña broma al chico de lentes.