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[ Maratón 3/3 ]

Luego de jugar por horas, de causarles risas, discusiones tontas y conversaciones al estilo de competidores profesionales. Y luego de casi regañar a Jeon de que accediera a dormir en su casa.

Los dos estaban acostados en la cama de Jimin, con el cuarto a oscuras, sólo brevemente iluminado por la lámpara de la calle, uno a un lado del otro, mirando al techo, hundidos en sus respectivos pensamientos.

Jimin intentando ocultar su alegría de tener al chico que le gusta ahí, junto a él, tan cerca. Pensaba que se desmayaría de tantas emociones revueltas.

Dios mío, este chico si que le fascinaba y causaba cosas cerca a lo imposible en su sistema.

Mientras que Jungkook sólo pensaba no en el rechazo, no en Gill, sino en el hecho de como fue que todo esto pasó. Él, jugando ajedrez, riendo, discutiendo y conversando cosas profundas con su jefe.

Que tenía fama de ser el tipo más déspota que existía. Pero él jamás lo había visto tan así.

Y menos ahora que había compartido tantas cosas con él.

— ¿Está pensando en ella?... — Esta pregunta sacó a Jeon de sus pensamientos.

— Aunque parezca raro, no... No estoy pensando en ella, ni en el rechazo... Sólo... Tengo la mente en blanco — Responde Jungkook sin dejar de mirar al techo.

— Eso es bueno... Pero procure no abusar de eso de dejar la mente en blanco, usted debe sacar el dolor, no puede solo guardarlo ni "apagarlo" cómo se dice vulgarmente. Porque si lo hace, se lastimará más a largo plazo... Por experiencia propia, no se lo recomiendo — Le aconseja Jimin mientras volteaba a verlo.

— Lo tendré muy en cuenta, señor Park... — Responde el menor sin mirarlo — De verdad tengo mucha vergüenza con usted, siento que estoy siendo aprovechado pues estoy en su casa, su esposo no está y estoy usando hasta la ropa interior de él.

— No repita lo mismo Jeon — Cuando menos se había dado cuenta, su jefe se había acercado a él mientras apoya su cara en su mano, apoyada en la cama, mirándolo algo molesto. Eso le volvió a alborotar los nervios — No se preocupe por eso, no podía dejarlo en las condiciones en las que lo encontré. Así que no se sienta avergonzado.

— Eh~Está bien, disculpe... — Le dice él sin mirarlo fijamente —Pero... ¿Qué hacía usted... En la calle, con esta tormenta? — Volvió a preguntar el menor.

—...Salí a caminar un poco. Caminar en la lluvia me tranquiliza, sé que puede parecer algo raro, pero es cierto... He tenido bastantes problemas estos días, así que, hago eso frecuentemente... — Cuenta el pelinegro mirando de nuevo al techo.

— ¿Necesita desahogarse?, Si ese es el caso, puede hacerlo conmigo — Pregunta Jungkook mirándolo, haciendo que este también lo mirase, algo sorprendido, luego sonrió levemente.

Jimin se acomodó justo al lado de Jungkook, mirando hacía el techo, con su hombro derecho junto al hombro izquierdo del menor. 

— ¿Me permite guardar esa oportunidad para luego?, Quiero contarle todo, pero aún no es el momento Jeon... ¿Qué dice? — Le pregunta Jimin volteando a verlo.

— Claro que sí. Puede desahogarse conmigo cuando lo necesite...

— Lo mismo le digo yo a usted Jeon... — Le dice Jimin con una breve sonrisa — Quiero que usted y yo... Seamos más cercanos Jeon... Lo considero una persona en la que se puede confiar y a la que se le puede contar todo, ya se lo he dicho antes... Me gustaría ser su amigo, Jeon.

Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora