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La hora de la salida había llegado, todo el mundo había estado callado el resto de la jornada y no pasó nada más fuera de lo común, Jungkook pudo escuchar su nombre en varias conversaciones de sus compañeros y él entendía el por qué, estaba consiente de que no actuó del todo bien. Pues él no obró ni con su mente ni con su cuerpo.

Obró con su corazón, ese corazón que ama incansablemente a Park Jimin y que no consiente que se le haga ningún daño.

Simplemente se dejó llevar de la enorme ira que sintió ver a su amor siendo violentado a manos de esa escoria de esposo que le impusieron, así cómo pudo desquitar la misma ira que tenía guardada hacía él debido a todo lo que Jimin le había contado. 

Nadie le preguntó nada directamente, pero entre indirectas le hacían entender que estaban sorprendidas por su reacción, así que él explicaba una versión de los hechos que había inventado, en la que no soportaba ver la violencia así que intervenía siempre en esos casos, así como expresó que estaba muy agradecido con su jefe por no haberlo echado el día que cometió ese grave error que casi hace clausurar el banco.

Moría de ganas por ver y hablar con Jimin, así que esperaría a que todos sus compañeros se fueran para subir, incluso le dijo a Jin que no se iría con él, mintiéndole sobre tener que comprar algo para un trabajo de la universidad, Jin, aún sabiendo que era mentira no dijo nada, sólo le dijo que no llegase muy tarde a casa.

Jin sabía desde hace mucho que Jungkook tenía a alguien, pues se había notado demasiado el cambio, más no tenía ni idea de quién se trataba. 

Cuándo el banco estuvo vacío, Jungkook subió al quinto piso, allí tampoco había nadie, aparentemente, vio el escritorio de Rosé vacío e intuyó que estaba adentro con él, así que sólo abrió la puerta de la oficina de Park y allí vio que Rosé y el doctor Jung estaban con él.

— Perdón si interrumpo... —  Dijo el chico de lentes haciéndoles una reverencia a los tres, Jimin posa su mirada en él y Rosé inmediatamente entiende que quiere su mejor amigo.

— No, descuida, le estábamos aplicando una pomada que Hoseok tenía en su morral para que se le bajara el moretón. Supongo que tienen mucho de que hablar, así que, mi amor es mejor que nos vayamos — Dijo Rosé mirando a su novio.

— ¿Por qué? —  Pregunta Hoseok algo confundido.

—  Jimin necesita agradecerle bien a Jungkook por lo que hizo hoy, así que es mejor que los dejemos a solas, así que vamos... 

—  Está bien, a propósito, hoy hiciste un valioso acto Jungkook, eso demuestra la calidad de ser humano que eres — Dijo el doctor Jung tocando el hombro del chico de lentes que sólo soltó una leve sonrisita — Señor Park, si necesita algo no dude en decírmelo.

— Claro, lo tendré en cuenta, gracias Jung —  Responde Jimin.

— Ya sabes, mantenme informada de cómo estás, ¿Ok? —  Le dice Rosé pasando una mano por su cabello, para luego abrazarlo fuerte —  No dudes en llamar si pasa algo.

— Ok.

— Te lo encargo, Jungkook —  Dice Rosé antes de salir de la oficina, Jungkook asiente y la puerta se cierra, dejándolos solos.

Los dos sólo se miran en silencio, Jimin suavizó su expresión mientras se levantaba del sofá, para luego correr hacía el más alto y abrazarlo fuertemente, para luego quebrarse en un llanto desgarrador, que a Jungkook le quebró el alma por completo, así que correspondió a aquél abrazo, acariciando su cabello y dejando besitos leves en él.

— ¿Qué hice para merecer esto?, ¿Acaso tan malo soy? — Decía Jimin entre el llanto, luego alzó su mirada hacía el menor — ¿Estás bien?, ¿No te lastimó ese desgraciado? — Le preguntó de vuelta mientras lo miraba de arriba a abajo, posó su mano en el rostro del menor — Dios mío, no te imaginas el terror que sentí al ver que Namjoon te iba a atacar.

Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora