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Ese día culminó con un par de copas que se tomaron los compañeros de trabajo por el cumple de Jungkook, aprovechando que no tenía clases ese día, tanto Jimin como Hoseok acompañaron en esta reunión, Jungkook mostró los regalos de todos, mostró el ramo que le regaló Jimin más no mostró la tarjeta, más que todo para curarse en salud pues, ¿Cuándo se ha visto que una persona le de semejante regalo a un subordinado sin tener ningún vínculo sentimental?, Sería levantar muchas sospechas.

Cuando todo acabó, todos retornaron a sus casas. Jimin llegó a su casa, encontrando a su esposo sentado en el sofá más grande de la sala, mirándolo con un semblante que le puso los pelos de punta.

— Estaba esperándote, llegaste dos horas más tarde de lo que normalmente llegas... — Dice Namjoon — Prepárate, vamos a ir a cenar con mis papás.

— ¿Cenar con tus papás?, Ni siquiera es fin de mes, aún no toca... — Dijo Jimin recordando la arcádica tradición que tenían los papás de Namjoon.

Ellos cada fin de mes, los invitaban a comer a ellos, cenas en las que Jimin no se podía sentir peor pues, así como a sus padres, Namjoon le contaba todo lo que pasaba en el matrimonio a ellos, así que como sus propios padres, sus suegros hacían lo mismo, le recriminaban todo sobre su comportamiento, porque según ellos, "Jimin no se sabía comportar como un buen esposo y no tenía nada de cultura".

Mierda, como los odio a todos. Eso pensaba Jimin sobre sus suegros y sus padres.

— Lo sé, pero ellos me dijeron que te dijera que adelantaremos la de este mes... Así que alístate, porque te aseguro que será una cena que nunca olvidarás — Dijo el mayor, ese tono le causaba muchísima desconfianza a Jimin.

— Bien. Voy a arreglarme... — Dijo Jimin para luego irse a la habitación.

Se dió una ducha, peinó su cabello, aplicó una ligera capa de maquillaje y se vistió con un atuendo que si bien se había puesto varias veces, era muy elegante y le gustaba mucho.

Cuando estuvo listo, los dos se fueron en el auto del moreno directo a la casa de sus padres.

[♠️ ~ • ~ ♠️]

— Mierda, ¿Pero a quién se le ocurre ordenar toda una caja de vino rosa a las diez de la noche y con una lluvia de estás?

Eso dijo Jungkook cuando ya casi se iba a dormir y recibió una llamada de un amigo que trabajaba como repartidor en una distribuidora de licores que vendía tanto al por mayor como al detal, al que él varias veces había reemplazado cuando se enfermaba o tenía que hacer alguna diligencia.

— Si amigo, lo sé, es raro. Pero son clientes importantes de la distribuidora, son personas de la alta, así que no se les puede fallar... Yo me encuentro aquí en el hospital, mi mamá se enfermó y no la puedo dejar sola, solo pude pensar en ti para hacerlo, ya sabes cómo es conmigo, pero por favor, hazme ese cruce...

—... Ay Dios mío, bueno, está bien, yo voy...

—  Dios te ha de pagar Jungkook, ve a la distribuidora, allí te entregarán la dirección y el encargo para que lo lleves en la motocicleta. Cúbrete bien para que no pesques un resfriado.

— Está bien, ya me alistó y voy para allá, deseo que tú mamá se mejore pronto.

— Dios te bendiga hermano. Muchas gracias, me cuentas como te va...

— No hay de que, adiós.

— Adiós.

Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora