Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)

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[Capitulo MUY largo, pero necesario]

Pasaban las horas y la fiesta cada vez estaba más prendida, la música retumbaba a todo volumen en los parlantes, la bola disco giraba y giraba iluminando la sala de hermosos colores, todos se estaban divirtiendo y el alcohol se estaba apoderando de sus cuerpos lentamente.

Incluso Jimin que no era de ir a fiestas, la estaba gozando en grande, cosa que quiso por muchos años, divertirse. Y ahora por fin lo estaba haciendo de verdad.

— ¡Y así es como de verdad se bebe!, ¡De un trago hasta el fondo! — Gritó Yoongi.

— ¡Salud! — Gritaron los demás al mismo tiempo. En aquella mesa, estaban Yoongi, Rosé, Ryunjin, Ellen, Soojin, el doctor Jung, Jin, Jungkook y Jimin.

Estos últimos se habían dedicado varias miradas discretas y habían estado muy juntos, diciendo una cosa por aquí, riendo de otra por allá. Cómo si se conocieran de toda la vida, misma cosa que tenía levemente sorprendidos a todos.

En ese momento, sonó una canción movida y todos los demás se pararon a bailar, quedando solo Jimin y Jungkook en la mesa.

— ¿La está pasando bien, señor Park? — Preguntó el menor acercándose al oído del pelinegro.

— Le juro que nunca la había pasado tan bien como ahora Jeon. Está increíble esta fiesta — Responde el mayor de la misma forma.

— Uy, vuelvo en un momento señor Park, iré al baño... — El mayor asiente y este se retira abriendose paso entre toda la gente hasta que llegó hasta el baño.

Mientras tanto, Jimin se quedó en la mesa, tarareando la canción mientras pensaba en miles de cosas, una de esas era la felicidad que sentía de pasar más tiempo con el hombre que amaba, en lo apuesto que se ve disfrazado y en que lo que sentía...

Llegaría a un punto en el que ya no lo podría seguir ocultando. Y no quería que llegara ese momento.

Pero simplemente ya no podía alejarse de ese tímido, tierno y hermoso hombre por más que quisiera, se había vuelto adicto a pasar tiempo con él, aunque fuese la más pequeña interacción que tuviesen al día, lo era todo para él.

Así que estaba condenado a que aquél amor creciera cada vez más.

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Seokjin salió por un momento para tomar aire pues allá adentro se sintió un poco congestionado, caminó un poco alrededor del edificio mientras iba hundido en sus más profundos pensamientos.

— Que hermoso pirata acabo de encontrarme...

Jin salió de su trance apenas escuchó esa voz, subió rápidamente su mirada y se sonrojó muchísimo al ver allí a Namjoon, mirándole con una sonrisa.

— Señor Kim, ¿Está aquí por el señor Park? — Preguntó el castaño sin dejar de mirarlo.

— No. Vine a ver si podía toparme en algún momento con tu hermoso y angelical rostro, y ya veo que la suerte está de mi lado — Dijo Namjoon sin apartar la mirada del más bajo con una leve sonrisa en el rostro.

— ¿Cómo ha estado?, ¿Todo bien en el trabajo? — Le pregunta Jin por curiosidad.

— Sí, todo bien, pero es cansado, además, hacía ya tiempo que no te veía y te extrañaba mucho... — Le dice Namjoon al más bajo con la misma sonrisa que siempre le salía de forma natural cuando estaba con ese hermoso hombre castaño — Aparte, me gusta el peligro...