Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)

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— ¿Con esto me quiere decir... Que tuve amenaza de aborto? — Preguntó Jimin acostado en la camilla del hospital.

Ya habían pasado allí cerca de dos horas, debido a que casi no son capaces de estabilizar el dolor, así cómo pudieron evitar que Jimin tuviese un aborto espontáneo, también se demoraron en curar las profundas y bestiales heridas provocadas por la golpiza que le dio Namjoon, cuando les preguntaron en el hospital simplemente dijeron que había sido un accidente de motocicleta demasiado feo, ni las enfermeras ni el médico les creyeron pero decidieron no indagar en el asunto pues, sus razones tendrían para no decir la verdad. Jimin estaba recibiendo medicación vía intravenosa para calmar el malestar.

— Así es, señor Park y una muy pero muy grave, tanto que ahora su embarazo pasó de ser uno normal a uno de alto riesgo. Es más, no entiendo cómo fue que el feto sobrevivió, esto es una clase de, ¿Milagro?, podría decirse así...  — Rosé y Jimin se miran sorprendidos — De ahora en adelante, va a tener que guardar mucho reposo, tener mucho cuidado con el estrés y sobre todo, cuidarse mucho para no tener... Más accidentes así.

— Eh-si, doctor, lo voy a tener muy en cuenta... Muchas gracias — Dijo Jimin con una leve sonrisa.

— Debe hacerlo, señor Park, debe hacerlo... Por su bien y el de su futuro bebé — Añadió el doctor con el ceño fruncido — Bueno, si me disculpan, debo ir a ver a otros pacientes, descansen, si necesitan algo díganle a alguna de las enfermeras que harán ronda en este piso, con permiso.

— Muchas gracias, doctor, propio — Dijo Rosé mientras veía al doctor salir del cuarto, dejándolos solos, la rubia miró a su mejor amigo que miraba a la nada con una expresión desoladora — Bien Jimin, ahora si me vas a contar, ¿Qué fue lo que pasó para que Namjoon te haya hecho esta atrocidad?

— Ya te lo dije antes Ross... Namjoon descubrió mi romance con Jungkook — Dijo Jimin mientras un par de lágrimas comenzaban a salir de nuevo de sus ojos.

— Pero... ¿Cómo lo supo?, Ustedes han sido muy discretos... — Se preguntó Rosé.

— No lo sé, esto es muy raro... Nadie pudo haberle dicho.

— ¿Cómo estás tan seguro de que nadie le pudo haber dicho? 

— Nadie cercano a mí es demasiado cercano a él, sólo unos pocos saben de nuestra relación y... No creo que hayan hecho algo así — Dijo Jimin, pero luego recuerda cuando Namjoon le mencionó sobre la operación de los ojos que le regaló a Jungkook para su cumpleaños — ¡Claro!, Ya sé cómo se dio cuenta... El maldito recordatorio...

— ¿De qué hablas? 

— El recordatorio de la cita para la operación de Jungkook que le regalé por su cumpleaños, la misma con la que cancelé... Yo me quedé con ella luego de salir del hospital, la metí en la chaqueta que traía ese día, no la lavé porque tenía impregnado el olor de la loción de Jungkook... — Explicó Jimin mientras pasaba sus manos por su cabello — Qué estúpido fui al no sacar eso de la chaqueta... 

— Entonces, con ese recordatorio, él no se iba a quedar con la duda, hizo la inteligencia y... ¿Descubrió todo? — Jimin asintió — Y para Namjoon es muy fácil recolectar información, es un maestro en el sucio arte del soborno... Dios mío, que lío.

— Todo es culpa mía... — Suelta Jimin mirando hacía el techo mientras las lágrimas se derramaban por sus mejillas — Ahora, por mi puta culpa, Jungkook está en peligro.

— Jimin, no es culpa tuya, ni de nadie, desgraciadamente eso hoy se tenía que saber, no es culpa tuya ni mucho menos... — Le dijo la rubia mientras acariciaba su cabello — Nadie tiene la culpa de enamorarse.