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Jungkook

Han pasado ya cinco días desde que llegamos a la isla Jeju y todo ha ido mucho mejor de lo que yo esperaba que fuera, ya habíamos recorrido media isla, haciendo actividades sorprendentes y las fotografías que habíamos tomado para recuerdo eran fabulosas. Pero lo mejor sin duda ha sido lo que ha pasado con él.

Mi jefe y yo nos hemos confesado, él me sorprendió cuando me confesó sus sentimientos por mí, me confió su pasado y sus secretos. Eso dio paso a que yo también me abriera y le hiciera saber que ese sentimiento era mutuo, todo eso terminando en lo que debía pasar, en lo que quizá fue la noche más hermosa de mi vida.

Cada momento que pasaba con él, era simplemente hermoso, sin contar que cada vez se me hace más difícil disimular los impulsos que me surgen apenas lo enfoco en mi mirada. No puedo dejar de mirarlo, tiemblo cuando se me acerca y me siento completamente a su merced cuándo clava esa verdosa y hermosa mirada en mí. Él y yo hemos hecho muchas cosas en esta semana, desde hacer actividades extremas hasta jugar ajedrez por cinco horas seguidas.

Bueno, también... Hemos hecho el amor muchas veces en estos días. Y es sorprendente, que a pesar de tener sexo prácticamente todos los días, yo lo siga deseando de la misma forma que antes de hacerlo por primera vez, lo que siento cuando estoy con él es algo inexplicable para mí, pero que también poco a poco, me está volviendo adicto a él.

Narradora Omnisciente 

— Oye, ¿Te tragó el baño o qué? — Se escuchó desde el ordenador que estaba sobre la cama.

— No, sólo estaba pensando en algo — Responde Jungkook sentándose de nuevo en la cama, estaba haciendo videollamada con Seokjin.

— Dime que no rompiste algo y ahora tienes que pagar...— Expresa Jin con preocupación.

— No, para nada, no he roto nada en mi estadía aquí, tranquilo — Respondió el menor.

— Jungkook, desde hace una semana te estoy notando un poco raro. Pareces estar elevado en el limbo, estás demasiado sonriente y animoso, así cómo he notado manchitas rojas en tu cuello y cada que te hago videollamada, son cada vez más, ¿Qué es lo que está pasando contigo? — Jungkook abre los ojos sorprendido y se empieza a asustar — ¡Espera!, no me digas que...

— ¿Q-que de qué? — Dice Jungkook nervioso.

— No llevaste repelente para mosquitos, ¿Verdad? — Suelta Jin, haciendo que el menor recupere la calma nuevamente.

— Si, j-justo es, sí...

— Ay niño, tú siempre tienes que olvidar algo, no sé cuando dejarás de ser tan despistado, ahora cada que salgas del hotel serás como un chocolate para los mosquitos — Le regaña Jin — ¡Ay por las barbas de mis huevos!, Mi mamá viene a visitarme en dos horas y yo aún no he preparado el almuerzo, me tengo que ir Jungkook. Cuídate mucho y ya sabes, ¡Nada de hacer locuras, niño!

— Si, si, gracias tú también cuídate y ve rápido, bye — Dice Jungkook para después cortar con la llamada e inmediatamente, correr al espejo del baño para mirarse el cuello y efectivamente.

Esas malditas marcas no se habían ido, bueno, ¿Cómo iban a hacerlo?... 

— Jimin y esa manía de dejarme marcas por todo el cuerpo, menos mal no estaba sin camisa. Porque si Jin llega a ver mis marcas, es capaz de venir hasta acá solo creyendo que me dio una virosis — Expresa Jungkook mientras se miraba al espejo y luego salía del baño, al salir, se encontró una bella sorpresa en medio de su habitación.

— ¿Te molesta que deje marcas en tu piel? — Habla el mayor con una sonrisa algo curiosa.

— ¿C-cómo entraste? — Preguntó Jungkook algo sorprendido.

Una Fiebre Llamada AMOR • (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora