Recuerdos felices Phantom_Links: Parte 12

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La respiración de Armando era pesada, la de Nagi también.

—¡Maldición, Ialda, cállate por un maldito segundo!

—La corrupción del mago del comienzo... —repasó todo cuidadosamente en su mente—. ¿No deberíamos para...?

—¡No, Al! —Mostró esa sonrisa salvaje suya—. ¡Eso sólo quiere decir que tenemos camaradas confiables! Además, no creo que ese enano quiera detenerse...

Armando, en el centro de aquella batalla, estaba tendido en el suelo, lleno de sangre y apenas con algo de vida. Aunque eso sí, las marcas blancas y negras de la magia erebea no daban tregua, estaban creciendo y consumiendo su cuerpo a una velocidad impresionante.

—¡Akkun, ya déjalo! —Golpeaba el campo protector que mantenían Nagi y Albireo —. ¡Akkun, Akkun!

—Ey, chico, no me digas que eso es todo lo que tienes —recargaba una enorme espada en su hombro; también estaba sangrando, pero claramente sus heridas eran menores—. Después de todo lo que me dijiste...

—Ja... —movió los dedos de sus manos y comenzó a incorporarse—. Y pensar que eso de repetir los errores del pasado no es un cliché... Sólo me distraje por lo que está pasando ahí afuera. Nagi, ¿cómo les va a mis chicas?

Relámpagos morados, flechas doradas, cortes azules, rayos rojos, misiles y columnas de kanka... Afuera había una lucha sin cuartel entre el Team Railgun y Sagitaria y dos de los guardianes más poderosos de Gakuen Toshi Mahora.

—¡Lo están haciendo bien, son increíbles! ¡Y pensar que esa chica Ruiko comenzaría a imitar los movimientos de Takanichi...!

La sonrisa en el rostro de Armando se alargó. Era francamente desagradable de ver.

—Jack, estás a punto de ver algo muy cabrón, así que no te vayas a cagar...

La estridente risa del mercenario sacudió los oídos de los cuatro presentes.

—¡Adelante, niño! —Apuntó con la espada—. ¡Ven con todo!

Le tomó la palabra e hizo aparecer tres esferas de luz negra frente a él: mano derecha, mano izquierda y cara, esas eran sus posiciones.

—¡Triple complexio! —Las bolas de luz negra se volvieron del tamaño de una canica—. ¡Magia erebea armationem: Drako Tenebria Daemonis!

Cerró ambas manos y sus fauces. La oscuridad fue engullida por una oscuridad aún mayor y entonces los cuernos, las garras, las alas y la cola de un dragón oscuro aparecieron en el cuerpo del chico. Las manchas blancas de la transformación pasada parecían una ilusión, ya no había nada de eso. Esta vez no había ni una pizca de algo que pudiera ser llamado no oscuro: todo él era un cúmulo de maldad.

¡¡¡Grrraaaaaaaaaaahhhhhhhhh!!!

De un solo aleteo recorrió toda la distancia entre él y el gladiador legendario, entonces sus ataques chocaron.

«¡Ey, ey! ¡Esto es completamente otro maldito nivel!», pensó, sintiendo que sus brazos flaquearían en cualquier momento.

Rakan saltó para ganar distancia, se elevó varios cientos de metros, pero antes de poder ver siquiera hacia el suelo, una cola gruesa, escamosa y dura lo golpeó en la cabeza. El cuerpo de Rakan viajó a una velocidad mayor que la de un relámpago y, antes de que incluso Nagi pudiera decir algo, ya estaba clavado en el suelo.

Pero Rakan no se detendría ahí, así no era el hombre que quebraba las leyes de la física y de la magia sólo con su voluntad férrea. Se levantó apretando sus dientes y saboreando la sangre en su boca.

To aru Majutsu no Kodomo Kyoushi: Imaginary TomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora