Forjando lazos World_Ends: Parte 8

3 0 0
                                    

Index y Touma llegaron a salvo a su destino: una playa que que fungía como lugar de entrenamiento para cierto grupo de magas y una ESPer. A lo lejos, en el mar, podía verse las figuras de dos pequeñas chicas delgadas peleando a velocidades aterradoras.

—Ya llegamos, Onii-chan.

Descendió con cuidado y sus alas desaparecieron. Kamijou no podía más que ver asombrado a esa chica de ojos verdes.

—Index, tú...

—¡Tomoko!

—¿Eh?

—¡El nombre que nuestros padres me dieron es Tomoko! —Llevó su mano a su pequeño pecho—. ¡No quiero que me digas por ese apodo!

«Pero Index es...»

¿Por qué le dolía tanto verla a los ojos? ¿Por qué sentía que debía proteger a Tomoko con tantas fuerzas? ¿Es porque era el sueño de Index? No lo sabía, sólo...

—Está bien —esa mano derecha envuelta en blanco de Marte acarició la cabeza de su "hermana menor"—. Lo lamento, Tomoko.

Ella sonrió, sus mejillas se volvieron ligeramente rosadas.

—¡Onii-chan! —Se aferró al brazo de Kamijou.

«Fukou da...», no lo diría en voz alta, no creía que lo tuviera permitido.

—¡Oh, pero si es el onii-chan cabeza de erizo!

Tomoko se alejó de Touma tan rápido escuchó la voz de Haruna. Esa maliciosa chica se burlaría de ella por días seguidos si la encontraba abrazando a su querido hermano.

—Saotome, ¿por qué...?

—No podemos seguirle el ritmo a Eva si no está Index para ayudarnos —se cruzó de brazos y cerró los ojos—. Para empezar, ya es una historia ridícula que nos tengan entrenando con ella, es un monstruo, ¿sabías?

—E-entiendo... —volteó al horizonte, dónde se veían las figuras de Eva y alguien más "peleando"—. Entonces, eso es...

Haruna movió su mano de arriba para abajo como diciendo que eso no valía.

—Shirai y Othinus están hechas de otra cosa —se sentó en la arena, una especie de sombra de pesimismo la cubrió—. Yo sólo soy una fujoshi, ¿por qué tengo que pasar por esto...?

Sí la dejaban así, posiblemente comenzaría a llorar, así que Tomoko la tomó por las axilas e intentó levantarla.

—¡Vamos, Haruna, no seas floja!

—Waa...

—Esos sí que son ánimos, ¿eh?

Justo en ese momento. La figura de Kuroko apareció en la playa. Estaba toda ensangrentada y su respiración era más que irregular, pero tenía una sonrisa implacable en su pequeño y lindo rostro. Sus ropas también se habían vuelto jirones; y aunque no era el uniforme de Tokiwadai, sino un pants rojo y una playera blanca vieja, su aire de ojou-sama en problemas hizo que el corazón del chico temblara. ¿Qué clase de eventos lo habían llevado a desarrollar semejante instinto?

—¡Shirai, ¿estás bien?! —Corrió hacia ella, pero la chica lo detuvo con una mano.

Intentó hablar, pero su respiración era tan forzada que no pudo. Entonces asintió en respuesta. Sólo necesitaba espacio. Le dio una mirada significativa a Index y ésta acudió de inmediato.

—Santo ángel guardián del cielo, Miguel, tú que amas a los niños por ser semilla del futuro, protege a esta hija de Dios y sálvala del mal.

Un círculo rojo brillante apareció sobre Kuroko. Sus heridas desaparecieron al poco tiempo como si fueran una farsa desde un principio.

—Tomoko-san —dijo, aún con la respiración entre cortada—, Evangeline-san quiere hablar con ustedes cinco.

—¿Eh...? Sí —hizo una reverencia y tomó a Haruna esta vez del cuello de la playera, se alzó en el aire—. Onii-chan, no me tardo.

Desapareció. Las otras tres, es decir, Yuna, Nodoka y Yue, salieron de detrás de algunas rocas a unos 150 m de distancia y también volaron, sólo que con escoba en mano.

—Siento que este mundo es de mucha más fantasía que el nuestro —reía, se sentó en la arena y vio la figura de su entendedora y Evangeline regañando a las cinco chicas—. ¿Tú qué opinas?

—¿Que "qué opino"? Eso me gustaría saber a mí —se sentó a un lado de Touma, aún parecía cansada, pero su actitud serena no se iría a menos que su Onee-sama estuviera de por medio—, un día estoy con Onee-sama hablando de trivialidades, y al otro estoy atrapada en un mundo falso de fantasía...

«Bueno... Es la historia de la vida de Kamijou-san...», pensó, rascando su rostro.

—Dime, ¿qué opinas de la situación de Onee-sama y esa chica llamada Index?

Era la primera vez que hablaba con Kuroko sin que fuera tan borde como siempre. Hablar así con ella se sentía hasta refrescante.

—No lo sé... No quiero herir ni a Tomoko ni a la Misaka de este mundo, pero...

—Debemos regresar... Por eso estoy entrenando con Evangeline-san, no importa qué tan duro sea, yo seré el apoyo de Onee-sama hasta que abra los ojos.

Determinación. Los ojos de Kuroko eran unos que Kamijou Touma había visto pocas veces. Si tuviera que decir algo...

—Pareces... —soltó una pequeña risa ahogada—. Pareces el protagonista de un manga Shounen.

Se echó a reír de verdad. Kuroko enrojeció por completo ante el comentario.

—¿¡Eh!? ¿¡De qué hablas, orangután pelopincho!?

Se puso de pie para recriminarlo desde una posición cómoda y superior.

—¡T-Tú...! ¡Ya veo, así engatusaste a mi Onee-sama no sólo en este mundo, sino en el mundo real!

Kamijou no dejó de reír. Y es que la respuesta era tan sencilla que se sentía estúpido: sólo debía proteger a Index como siempre, no importaba si era Tomoko o no.

Kuroko no podía apagar el rubor de su rostro. Y es que ese comentario la hizo profundamente feliz: por fin había pisado el terreno de los héroes.

Por cierto, así como Mikoto y Mugino estaban superando los límites del nivel 5, Kuroko hizo lo propio con el 4: ahora podía teleportarse más rápido de lo que nunca en su vida pudo. Decir que ya era una nivel 5 hecha y derecha no sería exagerado.

To aru Majutsu no Kodomo Kyoushi: Imaginary TomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora