Uniendo corazones Dragon's_Seed: Parte 14

4 0 0
                                    

Ruperco y Negi eran los que más se internaban a la batalla de desgaste. Y, aunque Mikoto era la que tenía los ataques más certeros, también tenía poca potencia comparada con los otros dos. En cuanto a las ministras de Negi... ellas se convirtieron en un excelente apoyo al ser capaces de sellar los disparos de Silver. No importaba la potencia de los disparos; entorpecer con explosiones haría que todo fuera realmente inútil para el hombre.

—¡No seas, terco! ¡Regresa con nosotros de una maldita vez, mamahuevo!

—¡El que debe dejar de ser terco eres tú!

Lo tocó en la parte baja del abdomen. La presión ejercida fue tanto que la zona se deformó hacia dentro y Ruperco terminó por toser sangre. Pero Negi no se preocupó y arremetió con un codazo en  el plexo solar de Silver. Éste apenas pudo contener las ganas de retorcerse por el dolor; no estaba acostumbrado a enfrentarse con gente igual de poderosa que él.

Por otro lado, aprovechando ese ajuste del potencial eléctrico en el pecho de aquel guardián de cabello gris, Kuroko tocó a Mikoto y la teleportó en un santigüen cerca de al menos un ciento de escombros de metal, con ello, la Railgun fue capaz de lanzar su característico ataque hacia Silver desde muchísimas direcciones diferentes.

—¡Onee-sama, ahora!

—¡Toma esto!

Los pedazos incandescentes de metal golpearían indiscutiblemente a sus compañeros, pero a la pequeña Railgun no le importó. Por otro lado, aunque le convendría dejar pasar uno o dos ataques para que Ruperco y Negi fueran alcanzados por el fuego amigo, Silver decidió detener todos y cada uno de ellos con forfor de repulsión.

Mientras Silver detenía aquello, Negi castigó severamente el cuerpo aparentemente indestructible del peligrís. Llegados a ese punto, incluso Ruperco sentía dolor al ver aquello.

—¡Tienes que entrar en razón, Silver! ¡No tiene sentido seguir peleando! ¡Si es por lo que ese grupo al que te uniste pueda hacernos...! ¡No te preocupes, Armando y su grupo también es fuerte! ¡Estar con ellos nos garantiza seguridad y... podremos estar juntos!

—No lo entiendes, Ruperco... —Golpeó a Negi en la cara y lo lanzó a una velocidad horrorosa al V-98-A; por suerte para los civiles a bordo, fue capaz de detener un poco el impacto antes de que realmente sucediera—. No entiendes ni la gravedad del asunto, ni el crimen del grupo de Blas, ni... la razón por la que no puedo regresar contigo.

Negi apareció de un momento para otro de nuevo frente a Silver. La intensidad de sus relámpagos, así como la transformación de Mikoto, comenzaban a menguar. Ellos eran los que seguían perdiendo a pesar de que SIlver no iba en serio para nada.

En el V-98-A, Yue y Nodoka conversaban.

—Tienes razón, Yue. ¡No lo había pensado!

—Inténtalo, haré llegar tu voz hasta él con un conjuro.

Musujime, que ya estaba como ida de hacer moverse a Negi, se acercó a un lado.

—No es necesaria tal cosa —su nariz sangraba y su sonrisa impura llenaba su rostro en intenciones—. Ese sujeto Ruperco tiene conectado el espacio en el que pelean con esta nave —sorbió su sangre—. Por eso Shirai y yo podemos respirar en un lugar sin aire.

—¡Haberlo dicho antes, pervertida!

—¡Gray Silver-san! ¿¡Por qué no deseas volver con Ruperco-san!?

El hombre fue incapaz de dar una respuesta, pero también de no pensarla. Entonces el Diarium Ejus dibujó la verdad y...

—¡Esto...! ¡Esto es...! —El rostro de Nodoka se prendió en rojo y lanzó el libro hacia Yue—. ¡Kya! ¡Lo lamento, Gray-san!

To aru Majutsu no Kodomo Kyoushi: Imaginary TomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora