Uniendo corazones Dragon's_Seed: Parte 6

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Cuando el grupo encargado de luchar contra la mujer gato partió, un cuarto enemigo se unió a la batalla. Se trataba de un monstruo con ojos color naranja espectral, piel negra como la noche, cabellos blancos como el marfil, ropa parecida a la de Armando niño y una sonrisa espeluznante.

Golpeó a Armando desde un costado.

—¡Sí, al fin te encontré!

La sensación que daba a la piel era, completamente...

—¿¡Krillón!?

Nicole no pudo evitar sorprenderse, pero Armando, mientras trataba de detener el impulso causado en él por aquel monstruo, gritó a todo pulmón.

—¡No te distraigas, idiota!

La maga fénix volteó hacia el frente. La flauta de Helena ya estabasobre ella, a punto de golpearla como si fuera un bat o algo parecido.

«¡Maldici...!»

No le fue permitido pensar, fue lanzada a una velocidad aterradora en dirección de donde apuntaba la parte baja del V-98-A. Tardaría un rato en regresar incluso a toda potencia. Además, quién sabe si había conservado la consciencia o no.

Takamichi, Asuna y Noukan intentaron atacar, pero todos fueron detenidos en ese mismo instante por una onda de «sonido» que podía propagarse a través del espacio.

—¡Armando-kun, nosotros nos haremos cargo! ¡Tú acaba con esa cosa!

«¡Es más fácil decirlo que hacerlo, Takahataaaa!»

—¡Te estuve buscando por mucho tiempo, mi creador!

—¡Maldita paradoja, suéltame!

Balanceó la katana con todas sus fuerzas, pero fue detenida por la mano abierta de ese monstruo que usaba ropa parecida al uniforme de Lux Hominum. No tuvo más remedio que tronar la boca ante esa situación.

—No te sorprendas, deberías saber que cuando un ser lo suficientemente poderoso viaja en el tiempo como hicieron ustedes... —Su sonrisa estirada como queso de la pizza se hizo presente—. Alguien como yo nace de la voluntad del mundo. ¡Eso les pasa por oponerse a las leyes de la existencia!

Armando sonrió nervioso.

—Yo no viajé a propósito, Helena me dio el poder. ¿No deberías estar peleando con ella?

—Tú cambiaste el destino de tu gente y tuyo, tú y nadie más.

—¡Ah, cómo son fastidiosas!

Intentó un corte diagonal, pero de nueva cuenta fue detenido.

—¿Te olvidaste de que nacemos con las especificaciones necesarias para matar a nuestro creador? ¿Ya olvidaste a Krillón o...?

Aparentemente, eran una forma de resistencia del mundo a los cambios causados por viajes en el tiempo. Debían regresar a la normalidad las cosas destruyendo la perturbación desde su origen. Es decir, matando al perpetrador del cambio en las líneas del tiempo; además, cuando la muerte de un ser lo suficientemente fuerte era evitada, también nacía un monstruo como esos. Pero, si bien era cierto que Armando hizo aquello de viajar al futuro y luego cambiar su propia muerte cuando regresó, la paradoja debió desaparecer cuando cortó lazos con todos después de liberar a Madoka y a Homura de la Ley del Ciclo: porque Armando «dejó de existir». Entonces... ¿Qué hacía esa cosa ahí? Había pasado como con la carta del pactio de Ako: simplemente regresó.

—¡Esto no pasaría si Blas hiciera bien su trabajo recogiendo el spray de las rozaduras entre fases! —Era lo que creía, pero lo cierto es que todo era más complejo que aquello.

Ambos chocaron una vez más, la paradoja sintió un impacto más fuerte. Esta vez sí se vio afectada.

—Sólo tienes que desaparecer para que todo vuelva a la normalidad, creador. ¡Sólo tienes que dejar este mundo para que puedas acabar conmigo!

Sus carcajadas comenzaban a ponerle los pelos de punta. Aunque, bueno, comparado con la voz de ultratumba de Krillón, ése no daba tanto miedo. Krillón era una paradoja que apareció para acabar con alguien en el mundo de Blas, Nicolle y Melissa, pero se fusionó con un agujero negro, luego tomó el cuerpo de un ghoul tras liberarse del sello de Blas y Hayat; debido a tantas componentes en su «cuerpo», perdió su propósito original. Ésta era diferente: su objetivo único se hallaba en destruir a Armando.

Sí, sólo una paradoja debería querer destruir a Armando porque él sólo modificó su tiempo una vez. Pero Armando salvó a muchas personas en miles de mundos, en cientos de épocas distintas. Kinomoto Sakura también evitó su muerte y la de Rilet, así que debían existir al menos...

La sangre se le heló. Al levantar la vista, pudo notar a cientos de espectros usuarios de chroná aparecer uno tras otro entre estática y resplandores púrpuras y morados. Algunos tenían alas, otros cuernos, colmillos gigantescos, plumas, pelos, formas humanoides y de muchas otras...

Los paradojas tenían supeditado su poder destructivo y sus habilidades a dos cosas: el ser que las creó al cambiar el tiempo y el ser que fue salvado. Al menos todas deberían tener intenciones de matarlo a él y a sus compañeros de mundos.

—¡Puta madre!

—¿Qué dices, creador? ¿Te dejarás matar para regresar las cosas a su cause natural?

Por supuesto, después acabaremos con las perturbaciones que generaste y desapareceremos también: no tenemos intenciones de acabar con nadie más en este universo.

El dueño de aquellas palabras era un jaguar negro. Claramente, era la paradoja encargada de ir a matar a su hermano Julius.

—Ustedes... Se ven bastante fuertes, ¿pero qué los hace pensar que pueden matarme? Claro, tienen a alguien con el poder del guardián de la codicia de su lado, pero... —sonrió de oreja a oreja—. No crean que eso es todo lo que tengo en mi arsenal...

Bajó la vista y sus cabellos comenzaron a teñirse en un rojo brillante. Sus orejas cambiaron de forma y se volvieron parecidas a las de la mujer ahí atrás. Las crestas de la magia erebea aparecieron cerca de sus brazos y se desplazaron hasta las alas en su espalda, volviéndose azul cielo en el proceso. De su espalda baja nació una cola que rápidamente ganó plumas. Sus brazos se volvieron más largos y les creció pelo dorado. La katana en su mano se volvió pequeñas partículas de luz y se introdujo a su cuerpo. Cuando abrió los ojos, tenía una especie de jing-jang en color naranja y azul cobalto en cada uno de ellos.

—¡Vamos a darle, perros!

To aru Majutsu no Kodomo Kyoushi: Imaginary TomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora