Lazos perdidos True_links: Parte 4

7 0 2
                                    

Ako bajó las escaleras corriendo. Llegar al recibidor era lo mejor que le había pasado en un tiempo. Aún sentía la cara hirviendo, pero era mejor que seguir incrementando la temperatura.

-¿Qué te pasa? -Era Mikoto, quien prácticamente acababa de bajar-. ¿Te pasó algo? -La imagen de ese chiquillo risueño pasó por su cabeza-. ¿¡Ese mocoso malcriado te hizo algo!?

Ya estaba toda biribiri por nada. Ako negó frenéticamente con las manos.

-¡No me hizo nada, Akkun no me hizo nada!

Mikoto aún no estaba convencida, así que iría a hablar con ese impertinente, pero Kuroko, quién estaba sentada en un sofá, la detuvo por la manga del uniforme.

-Tranquila, Mikoto-Onee-sama, son los asuntos de una doncella, no deberías inmiscuirte -dijo todo eso con los ojos cerrados, una voz serena y un aire de alta sociedad hasta embriagante, pero pronto lo cambió por una sonrisa burlona horrenda-. ¿No es cierto, Izumi?

-¡Yo...! -Bajó la mirada al suelo-. Sí...

Mikoto sintió vergüenza y su rostro también se coloreó en carmín.

-¡Lo-lo siento, Ako-chan, pensé...!

-No importa...

Esas dos eran tiernas e igual de puras, tener a Kuroko ahí las convertía en presas fáciles. Bueno, aunque con la niña estaba justificado.

-No la molestes, Shirai-san -la chica de las flores llegaba al rescate desde la cocina, traía consigo una cubeta y algunas toallas-. ¿Qué sentirías tú si se burlaran de tu amor?

Kuroko se alzó de hombros y descubrió la frente de la niña que dormía plácidamente con la cabeza recostada en su regazo.

Su cabello era negro como el fondo del espacio y estaba salpicado por puntos brillantes como estrellas. Su cuerpo ya no tenía marcas ni heridas, había sido curada por la magia de Konoka.

-Aún tiene fiebre... -dijo Kazari, poniendo la toalla húmeda con agua fría en su frente, notando el sudor poco sano y la coloración excesiva de su rostro-. ¿No deberíamos llevarla al hospital?

-Ya escuchaste al Director, Uiharu... «Cuídenla hasta que sepamos qué está pasando».

Sí, no sólo Accelerator, también Fate había estado ahí. Se fueron para arreglar algunas cosas y se llevaron a los demás chicos con ellos. Sus instrucciones también habían sido muy claras, así que desobedecerlos podría ser perjudicial.

-Si... Si se trata de ayudarla a mejorarse...

La aguda voz de Ako resonó. Cuando esas chicas mayores pusieron sus ojos en ella, notaron que había una carta como de tarot en sus manos. Era la famosa carta de la alianza, la prueba de un pactio entre dos magos.

La carta mostraba a la pequeña niña en un traje blanco de enfermera con minifalda que se sentía más inapropiado que los mil demonios. En sus manos había un bisturí de, por lo menos, el tamaño de una katana. El color era azul, el planeta regente, la Tierra, su nombre, Puella Secaris Morbus, la virtud, caritas y la dirección, el norte.

-La niña que corta la enfermedad... -volteó con su compañera-. Uiharu, tú estás más en contacto con los magos, ¿crees que funcione?

La chica asintió.

-Las cartas de pactio tienen poderes impresionantes, Hasegawa-san normalmente no tiene oportunidad contra mí cuando se trata de hackear, pero cuando usa su artefacto me supera fácilmente.

«Si Hasegawa escuchara lo que acabas de decir...»

Las chicas mayores dieron su aprobación asintiendo en silencio. Ella caminó hasta el sofá y colocó la carta frente a ella.

To aru Majutsu no Kodomo Kyoushi: Imaginary TomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora