Entre líneas 2

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Fuera de la cabaña de Evangeline en medio del bosque, unos momentos antes de que todos partieran.

—¡Por eso estoy buscando al idiota de mi hermano mayor!

—Jamás escuché que Silver tuviera una hermana menor —se cruzó de brazos—. Ahora estoy más confundido; pensaba que la persona que lo alteró fue Nicolle, pero supongo que fuiste tú desde el principio...

—A lo mejor fue Ruperco —entrelazó los dedos de sus manos—, usó mucho forfor para abrir un camino entre los mundos...

El viejo Ruperco, maestro de física en cierta preparatoria para niños problemas, suspiró y se escondió detrás de su director querido.

—Di lo que quieras, no recuerdo a nadie como tú... —empujó ligeramente el hombro de Accelerator—. Director, haga algo, se le acaban de meter a la ciudad.

Accelerator tronó la boca, pero no por el comentario de Ruperco, sino por la situación general en sí.

—¿Y? —Los mechones de cabello blanco cruzaron su cara—. ¿Qué esperas que hagamos?

—Me gustaría que me ayuden a encontrar a Silver, debería estar en algún lugar de este mundo.

—¿En algún lugar del mundo...? —Dejó salir una sola risa y empujó sus rubios cabellos hacia atrás—. ¿Tienes idea de qué tan grande es el mundo?

—¿Por qué siempre eres la primera en molestarme, Eva?

—Eso es lo extraño, Armando-kun... —Fate también tenía algo que decir—. ¿Por qué nos hablas como si nos conocieras? Según tu historia y la de Gray-kun, nosotros somos extraños que por accidente se encontraron. Entonces...

—Todo tiene una razón —levantó las manos, como si le estuvieran apuntando con una pistola—. Ya les contaré todo... Por el momento, espero que el consentimiento de Othinus sea suficiente.

Todos voltearon en dirección de la antes diosa del tamaño de la palma de una mano. Ahora era de tamaño humano y tenía lo que perdió para ascender al terreno divino. En todo caso, podría decirse que había regresado a ser la mujer que era antes de volverse una deidad. En su hombro había un extraño pájaro azul que parecía estar tarareando y moviendo su cabeza al ritmo de una canción para niños. Su ropa era más ortodoxa de lo usual. Se trataba de una reforma completa.

—Lo apruebo —dijo, acariciando la cabeza del ave—, tú también lo apruebas, entendedor —señaló a Kamijou.

—Supongo que no tengo otra opción —dijo, sin prestar mucha atención y peinando el cabello de su hermana en un par de bollos a los lados—. Ya quedó.

—Gracias, Touma... —su cara estaba roja, pero pensaba que por fruncir el ceño, todos pensarían que no sentía nada.

Pero alejémonos del mundo rosa de esos hermanos, Negi tenía algo que decir.

—Dejando de lado todas las inconsistencias de nuestra relación con Armando o si realmente este mundo es falso... —tenía los dedos en su barbilla, era la muestra de que su cabeza iba a máxima velocidad—. ¿No Silver-san también está atrapado aquí? Quiero decir, ¿no parece ser la obra de alguien más?

El ave en el hombro de Othinus aleteó y voló hasta la cabeza de Negi. Entonces levantó el ala derecha. Eso significaba...

—¿¡Negi tiene razón!? —Veía a su pequeño hermano con los ojos completamente abiertos, luego volteó con el pájaro otra vez—. ¿¡Tú sabes quién hizo esto!?

El ave asintió.

—¿¡No es asombrosa, Setsuna!?

—Sí... —su semblante se volvió sombrío—. Pero pensar que mi relación con Ojou-sama no es verdadera... No quiero creerlo...

To aru Majutsu no Kodomo Kyoushi: Imaginary TomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora