Un mundo frágil Fake_Links: Parte 2

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Mahora tenía un lago muy famoso y, en medio del lago, una biblioteca que lo era aún más, borrando así el nombre del lago para siempre, pues ahora, en vez de llamarle por su nombre, todos le decían "El Lago de Isla Biblioteca".

Ahí, en aquella biblioteca de diseño Europeo que se extendía varias decenas de metros hacia arriba y muchas más hacia abajo, cuatro chicas miembros del Club de Exploración de la Biblioteca despertaban también de su sueño.

—Tomoko-chan (井知子), Tomoko-chan —dijo una voz de chica que era más bien grave para lo linda y respingada que era su cara—. Tomoko-chan, levántate, llegarás tarde a la escuela.

Miyazaki Nodoka era una chica amable: al decir esas palabras, sólo le dió unas cuantas palmadas en la espalda, una espalda que estaba cubierta con una ligera manta blanca que también ella le había puesto.

Kamijou Tomoko, por su parte, no despertaría sólo con eso. Había estado leyendo libros hasta las 4:00 a.m. Sólo dejó escapar algunas palabras vacilantes.

—Onii-chan... Touma onii-chan...

Miyazaki, mejor conocida entre sus amigas como "Honya-chan", sonrió en respuesta; el brillo de sus ojos, azules como el mar, era opacado por algunos mechones de su fleco. Los delgados mechones azules violáceos regresaron a su lugar una vez se enderezó al notar que esa pequeña kohai suya no se levantaría tan fácilmente. Y, como en respuesta a su rendición, una compañera más llegó.

—¿Nuestras enanas aún no despiertan? —Su voz era suficientemente estridente como para fungir de alarma—. Tienes que levantarlas con injundia.

Saotome Haruna era una chica alta y de cabello marrón oscuro del que se desprendía un enorme ahoge. Su gusto por gastar bromas y los dojin h eran bien conocidos por sus amigas y aun así las seguía conservándola, era una suertuda. Entre sus muchos pasatiempos estaba el dibujo de manga, por esa razón era parte de semejante club en la biblioteca.

En fin, como ya se dijo, Haruna gustaba de gastar bromas, así que simplemente tomó las cobijas que tapaban a Tomoko y a otra chica y jaló cruelmente de ellas.

Ambas eran pequeñas, más que las chicas de sus edades. Ambas eran pequeñas en más de un sentido. Pero las dos eran lo suficientemente lindas como para ser llamadas muñequitas.

Tomoko, a quién apodaban Index por haber memorizado el contenido de casi todos los libros de Isla Biblioteca, era una muchachita de unos catorce años con cabellos plateados y ojos color esmeralda. Parecía extranjera a pesar de tener el apellido Kamijou, y no se parecía en nada a su hermano mayor, así que continuamente eran confundidos por una pareja. La otra "enana" respondía al nombre Ayase Yue; sus cabellos azul marino eran un desastre, parecía que había pasado por una zona de guerra. A pesar de tener una cara completamente distinta, ambas tenían una frente amplia, eso era suficiente para que las personas pensaran que eran hermanas.

—¿¡Qué te pasa, Haruna!? —Se colgó de su espalda—. ¡Estaba teniendo un buen sueño!

Intentó morder su cabeza, pero Saotome la esquivó fácilmente y se la sacudió. Index fue a dar al suelo.

—Haruna-senpai, ¿recuerdas? —Infló su pecho, orgullosa y burlona como siempre—. ¡Soy tu senpai, me debes respeto, esclava!

—Ha-Haruna-chan —interrumpió vacilante—, no creo que ese sea el tipo de relación que deban tener un senpai y un kohai...

—¡Cállate, Nodoka, es por ser tan blandengue que Chisame se quedó a Negi-kun para ella sola! —Sacó un libro de sepa Dios dónde y lo abrió más o menos por la mitad—. ¡Pero no te preocupes, he idea-!

Sus palabras se detuvieron de golpe y cayó sin fuerzas al suelo. La heroína que labró semejante azaña no era otra más que Yue. En sus manos sostenía un libro más grueso que su propio abdomen y más largo que su cabeza que tenía por título "La Enciclopedia del Fantástico Mundo Animal"; presumiblemente había golpeado a Haruna en la nuca con aquello.

—Sacar a Negi-kun en la pelea es injusto —dejó caer el libro hacia un lado, como si pesará una tonelada—. Perdóname, Haruna...

—Una enanita frentona, dos enanitas frentonas...

Si decía aquello es que estaba bien.

—Dios... —infló sus mofletes a tope—. ¡Estaba soñando algo realmente bueno, ¿por qué no pudo esperar para despertarme?!

Yue no tenía idea de que hablaba, pero Nodoka soltó unas risitas casi imperceptibles y ladeó suavemente la cabeza. La manera en que los mechones de su fleco caían casi sin resistencia era simplemente encantadora.

—Soñabas con Touma-kun, ¿no es verdad?

El rostro de Tomoko se puso color jitomate y rápidamente intentó esconder el hecho tapándose con ambos brazos.

—¡No! ¿¡Qué clase de buen sueño sería uno donde aparece el estúpido de Touma!?

—Dices eso —caminó lentamente hasta la silla donde dormía hasta antes de que Haruna la despertara—, pero siempre buscas estar con él los fines de semana. Alégrate, Index, hoy es viernes.

—...

—No tienes nada de qué avergonzarte, Tomoko-chan, si yo tuviera un Onii-chan seguro que también me gustaría estar con él.

Index lo dudó por un momento. Sus indecisos ojos vagaron por la enorme habitación por un rato. Cuando estuvo segura de que nadie escucharía, se atrevió a hablar.

—¿No es raro...? —Bajó la vista al piso—. Que quiera ver a Touma aunque sea un incompetente hermano, ¿no es raro?

Yue y Nodoka negaron en silencio con sonrisas en sus rostros. Mientras tanto, en el piso, Haruna pensó algo escalofriante.

«Tengo nuevo material.»

Así, esas cuatro muchachitas se pusieron en marcha para asistir a sus respectivos colegios: La Secundaria Mahora y la Preparatoria para chicas Santa Úrsula (esto me trae buenos recuerdos de algo que estoy escribiendo), ambas grandes escuelas de renombre en la formación de Magister Magi.

To aru Majutsu no Kodomo Kyoushi: Imaginary TomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora