CAPÍTULO 10

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–Si usted quiere que me quede.

–Si por mí fuera, la tendría aquí conmigo todos los días.

–Podemos tener los fines de semana.

–Me parece perfecto, aunque también te veré en la semana ¿no?

–Quizá pueda ir a visitarte.

–¿Irás con ropa sexy?

–¿Cómo es eso?

–Pues podrías ir con un conjunto de esos sexys que sabes usar y un pequeño vestido arriba, que pueda subirte ligeramente. – dijo susurrando cerca de mi oído.

–¿Y si me voy sin vestido? – le arrugué la nariz.

–No hay problema, que vean, el único que prueba y toca ese cuerpo hermoso y sexy soy yo. – me reí y me abrazó.

–¿Qué te parece si vemos una película?

–¿Qué película quieres ver?

–Una romántica. – le hice ojitos e hizo un gesto.

–¿Romántica?

–¿De qué quieres tú?

–Si tú quieres una romántica, veremos una romántica. – le sonreí, encendió la televisión que está en la habitación y buscamos una película romántica, la pusimos, me abracé a Evan y comenzamos a verla.

–Sabes…

–¿Qué pasa?

–Jamás creí que pasarme en la cama la mayor parte de el día así como estamos, me gustaría tanto. – sonrió.

–Yo tampoco creí que me gustaría tanto la compañía de la fiera que me cacheteó.

–Eres malo Hoult, me sigues haciendo sentir mal por ese incidente.

–Ya no lo haré, lo prometo. – besó mi frente y recargué mi cabeza en su pecho, continuamos viendo la película, pasamos el resto de la tarde juntos y cuando oscureció, nos dispusimos a dormir.

Llegué al lugar de el accidente, el auto de Evan estaba destrozado completamente, corrí a buscarlo y cuando lo vi, estaba tirado en el suelo, cubierto de sangre, los policías se acercaron y le tendieron una manta blanca encima para cubrir su cuerpo sin vida.

–NO, NO, ¡NO ME DEJES!

–NO, NO, ¡NO!

–Ali, despierta, es solo un sueño. – Abrí los ojos, estaba llorando, miré a Evan, lo abracé y escondí mi cabeza en su pecho.

–No me dejes Evan, no lo hagas, nunca me dejes.

–Tranquila, no te dejaré, estoy aquí, siempre estaré aquí para ti, tranquila hermosa, todo está bien, no pasó nada, duerme.

Me abrazó y acarició mi cabello suavemente, mis ojos comenzaron a pesar y lentamente me fui quedando dormida.

Abrí los ojos lentamente, Evan estaba observándome, me sonrió y le sonreí de vuelta.

–Buenos días. – dijo dándome un beso en la mejilla.

–Buenos días. – contesté.

–¿Cómo dormiste?

–Bien, lamento haberte despertado.

–No te preocupes. – Me pegué más a él.

–¿Me abrazas? Tengo frío.

–Tranquila, yo te abrazo.

Me abrazó y me acurruqué entre sus brazos, escondí mis pies fríos entre los suyos.

NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora