Después de media hora, Evan terminó de preparar la comida, la sirvió, era pollo con arroz y ensalada.
–¿Qué quieres beber?
–¿Puedo tener jugo de naranja?
–Claro que sí mi amor.
Hizo jugo de naranja natural y me sirvió, se sentó frente a mí y comenzamos a comer, estaba deliciosa la comida.
–Está deliciosa cariño.
–Me alegro de que te guste.
–Bebé dice que papi es un chef profesional. – sonrió y tomó mi mano, depositó un beso suave en ella, dejamos nuestras manos entrelazadas mientras continuamos comiendo, Evan me sonrió y le sonreí, comimos tranquilos y cuando terminamos, fue a arreglar algo a su estudio y aproveché para lavar los trastes, estaba terminando cuando entró a la cocina.
–Mi amor, te dije que descansaras, yo me encargaré de eso más tarde. – se acercó y cerró la llave de el agua, tomó una toalla y secó mis manos, pasó un brazo por mi espalda y la otra por debajo de mis piernas y me cargó, me reí y caminó conmigo a la sala, había convertido el sillón a cama y me acostó, se acostó a mi lado y me abrazó, recosté mi cabeza en su pecho y él comenzó a frotar circularmente mi vientre. – ¿Cómo te sientes?
–Estoy bien cariño, deberías dejar de cargarme, muy pronto me crecerá la barriga y pesaré mucho.
–No importa, yo puedo con ustedes mi cielo.
–No quiero que te vayas a lastimar.
–No me lastimo, tranquila ¿Qué quieres hacer?
–Veamos videos sobre el embarazo.
–Muy bien.
Evan encendió la televisión y puso vídeos sobre el embarazo, vimos el bebé a las cuatro semanas, Evan acarició mi vientre suavemente.
–Así está nuestro bebito en este momento. – dijo.
–Lo sé, tan pequeñito e inofensivo.
–Por eso debemos cuidarlo muy bien y cuidarte a ti también, para que mis dos amores estén bien. – miramos más vídeos, sobre el momento de el parto, consejos para todo el embarazo, me sentí tan feliz por esta nueva etapa que Evan y yo estábamos viviendo juntos en nuestra relación y sin poder evitarlo, rompí en llanto, Evan me miró preocupado. –¿Qué pasa mi cielo? ¿Estás bien? – asentí.
–Lo siento, es que estoy muy feliz y emocionada por nuestro bebé.
–Lo sé pequeña, yo también estoy emocionado y muy feliz.
–¿En serio estás feliz?
–Mucho, como jamás creí estarlo.
–Te amo Evan. – Lo besé con el sabor salado de mis lágrimas, él me sonrió y sobó mi espalda de forma reconfortante.
–Yo los amo más – intenté soportar el llanto y mordí mi labio para evitar que las lágrimas cayeran. – Llora mi cielo, así te sentirás mejor. – rompí en llanto, Evan me abrazó todo el rato y depositó varios besos en mi frente, así estuvimos por un poco más de media hora, estaba haciéndose tarde.
–Mi amor, necesito irme ya.
–¿Tan rápido?
–Es que se está haciendo tarde.
–Esta bien mi amor, si ha quieres irte, te llevo.
Se puso de pie y me ayudó a levantarme, tomé mis cosas y salimos de el apartamento directamente a el estacionamiento, subimos a la camioneta y Evan arrancó a mi casa.
–¿Necesitas algo mi amor?
–No gracias cariño.
–¿Segura?
–Segura.
–Está bien.
Unos minutos después llegamos, nos despedimos y esperé a que se fuera para entrar a casa, cuando entré, me encontré con mamá.
–Hola mamá. – besé su mejilla.
–Hola pequeña ¿Cómo estás?
–Estoy bien gracias ¿ y tú?
–Estoy bien ¿y mi nieto cómo se encuentra?
–Está bien, aunque parece que se pone un poco rebelde cuando esta lejos de su papá. – Mamá se rió.
–¿A dónde fuiste?
–Fuimos a hablar con los papás de Evan.
–¿Y cómo les cayó la noticia?
–Muy bien, estaban felices por la noticia.
–Que bueno cariño, me alegro mucho por ustedes.
–¿Y papá y Andrew?
–Fueron con el abuelo, Andrew necesita pensar un poco.
–Lo sé.
–Mi pequeño está sufriendo, pero no puedo ponerme de su lado sabiendo lo que hizo.
–Lo sé mamá.
–Lo que no puedo entender es ¿en qué fallamos tu padre y yo? – dijo con sus ojos cristalizados, la abracé.
–Ustedes no fallaron mami, a veces los hijos somos quienes cometemos el error y los padres no tienen nada que ver en eso, Andrew tenía amistades tóxicas que lo llevaron a ser como es.
–Aún así pequeña, algo tuve que hacer.
–No podías hacer nada, no sabíamos que era lo que hacía Andrew. – lloró, me duele en el alma ver a mi mamá así, se me escaparon unas lágrimas, me quedé con ella hasta que se tranquilizó, más tarde llegó papá y Andrew, cuando papá miró a mamá, se acercó preocupado.
–¿Qué pasa mi amor? – acarició su mejilla tiernamente.
–Nada cariño, estoy bien, no te preocupes.
–Estabas llorando.
–No es nada.
–Yo me voy a dormir, los dejo. – me acerqué a mi papá y lo abracé, besé su mejilla, después me acerqué a mamá y la abracé, sollozó y besé su mejilla, fui a mi habitación, papá abrazó a mamá, hacía tanto que no la veía llorar así, me parte el alma, subí a mi habitación y me puse la pijama, me preparé para dormir y me acosté, ni tardé nada en quedarme dormida.
Llegué al lugar de el accidente, el auto de Evan estaba deshecho, Evan estaba en el suelo, estaba lleno de sangre, me acerqué llorando a él.
–Te amo Alisa. – dijo en un hilo de voz.
–Mi amor, tu vas a estar bien, vas a estar bien, por favor, no te vayas, no puedes dejarme, no puedes dejar a nuestro hijo, no puedes dejarnos solos – comenzó a toser y comenzó a salir sangre por su boca – ¡Ayuda, hagan algo ¿Dónde está la ambulancia? – grité llorando en desesperación, Evan acarició mi mejilla. – ¡Tienes que ser fuerte Evan no vayas a dejarme! – él sonrió y sus ojos se fueron cerrando – ¡Evan! – su mano dejó de tocar mi mejilla y cayó al suelo – ¡NO, EVAN, NO!
–¡NO, EVAN! ¡NO! ¡NO ME DEJES! – me desperté llorando, mamá y papá entraron asustados, se acercaron a mí.
–Princesa, solo es un sueño, todo está bien.
–Quiero a Evan, necesito ver a Evan. – dije sollozando.
–Mi amor, solo fue un sueño, pero ya despertaste. – dijo mamá abrazándome.
–Necesito a Evan mamá. – continué llorando sin consuelo.
–Él está en su casa pequeña, es tarde y debe estar durmiendo.
–Yo quiero a Evan. – rompí más en llanto, mamá y papá se miraron sin saber que hacer.
–Princesa, duerme, mañana podrás verlo.
–No puedo, no puedo, yo quiero verlo ahora, necesito verlo, lo necesito. – rompí más en llanto y tomé mi celular.
–Yo lo llamo pequeña, si te escucha así, puede asustarse. – dijo mamá y tomó mi celular, marcó su número, papá se sentó a mi lado y me abrazó, tratando de arrullarme, pero yo no podía dormir, necesitaba a Evan.POV EVAN.
Escuché mi celular sonar, abrí los ojos, me senté medio dormido en la cama y tomé mi celular, era Alisa, ¿Qué pasaría? son las dos de la madrugada, contesté.
–Evan, soy Addison. – me levanté preocupado de la cama, Addison había contestado, Alisa ¿Qué pasaba con ella? ¿Dónde estaba? ¿Nuestro bebé?
–Addison ¿Qué pasa?
–No lo sé, Alisa estaba soñando, comenzó a gritar y a llorar y desde que se despertó, no para de decir que quiere verte.
–¿Pero está bien, el bebé está bien?
–Sí, sí, están bien, solo no para de llorar y decir tu nombre.
–En este momento voy para allá, gracias por avisar.
–No hay de que.
Colgué la llamada, me puse una sudadera, los zapatos, tomé mi celular y las llaves de la camioneta, salí corriendo de el apartamento, el maldito elevador iba demasiado lento, o era mi adrenalina que hacía ver todo lento, apenas llegué al estacionamiento, me subí a la camioneta, la encendí y arranqué a casa de Alisa, no tardé nada en llegar, toqué el timbre de la puerta y Logan salió a abrirme, estaba preocupado.
–¿Cómo está ella?
–Sigue igual, no para de llorar.
Me dejó pasar y subimos las escaleras, escuché sus sollozos por el pasillo y entré rápido a su habitación, cuando me miró, rompió más en llanto y extendió sus brazos a mí, me acerqué y la abracé, me senté en la cama y ella se sentó en mi regazo, la mecí suavemente, ella escondió su cabeza en mi pecho, Addison y Logan salieron de la habitación para dejarnos solos.
–Ya mi cielo, tranquila, ya estoy aquí.
–Te amo Evan. – dijo entre sollozos.
–Tranquila mi amor, esto no te hace bien ni a ti ni al bebé, tienes que calmarte.
–Es que no puedo.
–¿Qué fue lo que pasó cariño?
–Soñé feo, soñé con el accidente y soñé que te…
–Shhhh mi amor, aquí estoy y no te dejaré sola nunca, no pienses que te librarás tan pronto de mí. – sonrió con lágrimas en los ojos. – pero ya tranquila mi amor.
–Ya no quiero estar lejos de ti, queremos estar contigo. – acaricié su vientre suavemente.
–Tranquila cariño, vamos a estar juntos. – la acosté y me acosté a su lado, ella se abrazó a mí, acaricié su vientre suavemente y besé su frente, me asustó, jamás había sentido tanto terror de que algo malo le hubiera pasado. – Duerme mi amor, necesitas descansar.
–No, te vas a ir y no quiero que me dejes, quiero irme contigo Evan.
–Es muy noche para que te vayas conmigo. – su labio inferior comenzó a temblar. – No llores mi amor, no llores, está bien, iré a hablar con tus papás.
–Prométeme que volverás por mí.
–Lo prometo cariño. – besé sus labios suavemente y salí a hablar con sus papás.
–¿Cómo está? – preguntó su mamá.
–Ya está un poco más tranquila, quiere irse conmigo y venía a preguntar si hay algún problema con que me la lleve.
–Ninguno. – dijo su mamá.
–Sí eso la hará sentir mejor, no hay problema. – dijo su papá.
–Gracias.
Sonrieron, fui a la habitación de Alisa nuevamente, tomé una sudadera y se la puse.
–Vamos cariño, ya nos vamos a casa.
Me acerqué a la cama y la cargué, salimos de la habitación, sus papás se despidieron de ella y salimos de la casa, la subí a la camioneta y le puse el cinturón de seguridad, deposité un beso suave en sus labios y cerré la puerta, me subí a la camioneta y arranqué directamente al apartamento.Pobre Ali, ese sueño la dejó muy asustada, pero Evan fue a su casa apenas le llamaron fue lo mejor, los amo!!!
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NUESTRO PEQUEÑO SECRETO
RomanceTercer libro de la saga "Pequeños" Alisa Adams una mujer hermosa, exitosa e inteligente, está cansada de ser la hija perfecta, la que sigue reglas, la responsable, la hija ejemplo, la que vive con miedo de decepcionar a los que ama. Por primera vez...