CAPÍTULO 19

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–Gracias – la tomé y me cubrí, se acercó y me besó suavemente. – Te amo.

–Yo te amo más ¿estas lista? – asentí – ¿Qué vas a querer para cenar?

–Hamburguesa de pollo.

–¿Solo eso?

–Sí.

–¿Maleteada o café?

–Café, tengo mucho frío.

–Encenderé la calefacción.

Encendió la calefacción de el auto y comenzó a conducir, estaba comenzando a quedarme dormida cuando la temperatura comenzó a subir.

–Nena, no te duermas, tienes que cenar.

–Es que estoy muy cansada.

–Lo sé mi amor, pero debes cenar algo, no has comido nada en todo el día.

Me quejé y siguió conduciendo, llegamos a un drive thru y Evan compró mi cena y me la dio, tomé mi hamburguesa y comencé a comer, le di un poco a Evan y seguí comiendo, lo que más amaba eran las papas.

–¿Te gustó?

–Mucho, gracias.

–De nada mi amor.

–¿Ya puedo dormir? – le hice un puchero.

–Sí cariño, ya puedes dormir.

–Te amo.

–Yo más. – acarició mi mejilla y siguió conduciendo, lentamente me fui quedando dormida. Sentí movimiento, abrí los ojos y vi a Evan, estaba cargándome al apartamento, besó mi frente y me sonrió. – Duerme mi amor. – me acurruqué más contra su pecho, apenas entramos al apartamento y me llevó a la habitación, me sentó en la cama y bajó el cierre de mi vestido, me lo quitó y fue al armario, regresó con unos joggers y una chamarra, me los puso, se desvistió quedando solo en ropa interior y se acostó a mi lado, nos cubrió con la cobija, me pegué a él porque tenia frío.

–Buenas noches mi amor. – dijo.

–Buenas noches cariño. – besó mi frente y así lentamente nos fuimos quedando dormidos.

Sentí claridad en el rostro, abrí los ojos lentamente, Evan seguía dormido, se veía tan lindo y tierno, me abracé nuevamente a él, ya no pude dormir y me quedé despierta abrazada a mi novio. Mi novio que raro se escucha eso, sonreí.

–Me gusta despertar con esa sonrisa.

–Buenos días mi amor. –le dije.

–Buenos días linda ¿Cómo dormiste?

–Muy bien, gracias.

–Que bueno.

–¿A qué hora es el juego si tu sobrina?

–A las once.

–Evan Hoult, son las nueve y media. – me iba a levantar pero me pegó a él.

–No pasa nada.

–Sí pasa, conoceré a tu familia ¿planeas que llegue tarde? Pues no. – me soltó y me levanté, le di un beso suave en los labios, iba a caminar cuando se levantó y me abrazó por la espalda, metió sus manos por debajo de la chamarra y acarició mi piel desnuda.

–Quizá podamos ahorrar agua.

–¿Cómo?

–Si nos duchamos juntos.

–¿Y si se nos hace tarde?

–No se hace tarde, falta una hora y media.

–Tendré que pensarlo. – le dije bromeando.

NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora