CAPÍTULO 8

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Mi padre y Evan en una misma oficina retándose, no sabía si podría más, mi corazón latía tan rápido que podía escuchar sus latidos, necesitaba que uno de los dos se fuera.

–Muy bien, los dejo a solas, no quiero interrumpir más. – dijo papá, besó mi mejilla y salió de la oficina, pero no le quitó la mirada de encima a Evan y Evan hizo lo mismo, se van a matar entre ellos, apenas salió papá de la oficina pude soltar el aire contenido, cerré la puerta, Evan se acercó a mí y tomó mi rostro entre sus manos.

–¿Te sientes bien? – asentí.

–¿Por qué?

–Estás más blanca que un papel.

–Parecía que se iban a matar.

–Él empezó, yo no hice nada.

–Debemos ser más cuidadosos aquí en la empresa.

–Lo sé. – se acercó a el galón de agua y sirvió en un vaso – bebe agua, no quiero que vayas a desmayarte aquí en plena oficina.

–Gracias. – tomé el vaso y bebí agua lentamente, nos sentamos unos segundos.

–Hasta que está volviendo el color a tu rostro, me estabas asustando fiera. – reí.

–Tranquilo. – acaricié su mejilla y besó mi frente.

–¿Te sientes bien?

–Estoy bien Evan.

–¿Segura?

–Sí, mejor vete antes de que mi padre vuelva y te encuentre aquí.

–¿Vas a estar bien?

–Sí Hoult.

–¿Segura?

–Que sí. – me reí.

–Está bien. – se puso de pie y besó mis labios suavemente, me devolvió la vida con ese beso, sonreímos. – Me voy, pero me avisas cualquier cosa.

–Sí, anda vete.

Salió de la oficina y me quedé sola nuevamente, me tiré en el sillón a pensar lo bien que la habíamos pasado, mierda quisiera haberme ido con él, pero no puedo levantar más sospechas. Cuando estuve más tranquila me puse de pie y volví a mi escritorio a trabajar, un rato después entró papá a mi oficina sin tocar, nunca lo había hecho antes.

–Papá.

–Lo siento hija por entrar así, solo quiero hablar contigo.

–Te escucho. – se sentó.

–Ten cuidado con ese hombre.

–¿Con el señor Hoult?

–Sí.

–¿Por qué?

–Tiene fama de andar con muchas mujeres. – dijo.

–Tú hijo tiene la misma fama. – le dije refiriéndome a Andrew.

–Andrew es tu hermano, este hombre no, lo han visto con una mujer hace unos días, fueron a un café de aquí cerca. – estaba bebiendo mi té y casi me ahogo. – ¿Estás bien?

–Sí, se me fue mal, no te preocupes.

–Solo ten cuidado con él, no quiero que vaya a haber una confusión.

–Tranquilo papá, sé cuidarme.

–Lo sé hija, solo quería decírtelo.

–Gracias. – se acercó y besó mi frente, salió de la oficina y me quedé pensando, si supiera que esa mujer soy yo y lo que hacemos, nos mata. Mi celular sonó y me sacó de mis pensamientos, era Evan.

NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora