CAPÍTULO 53

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–¿Cómo estás? – pregunté.

–Muy bien gracias ¿Cómo te has sentido hoy cariño?

–Muy muy bien.

–Te ves muy feliz ¿Qué pasó?

–Por fin pude escribir. – lo abracé y sonrió.

–Lo ves mi cielo, te lo dije, felicidades, te amo.

–Yo te amo muchísimo más. – lo besé varias veces y se rió, justamente me dieron ganas de hacer pis. – Cariño ¿podrías revisar la comida? Por favor, es que necesito ir al baño.

–Claro mi cielo, ve. – besé sus labios suavemente y fui al baño corriendo, cuando terminé, fui a la cocina, Evan estaba sirviendo la comida. – ya está lista.

Me acerqué a él y lo besé suavemente, él acarició mi barriga suavemente.

–¿Estás segura de que quieres que vaya con Andrew hoy?

–Andrew tiene razón mi amor, necesitas divertirte antes de que nazca nuestro hijo.

–Pero ¿y si necesitas algo?

–Estaré bien mi amor. – acaricié su mejilla.

–Es que no quiero dejarte sola mi cielo.

–Lo sé mi amor, pero estaremos bien. – puse mi mano sobre la suya que estaba acariciando mi barriga.

–¿Estás segura?

–Evan Hoult, solo disfruta.

–Está bien, pero volveré temprano.

–Si es lo que quieres.

–¿No te dan celos?

–¿Qué?

–Pues que vaya a salir y que en el bar habrá mujeres.

–Cariño, yo confío en ti, confío en que me amas.

–Me agrada escuchar eso, yo también confío en ti mi cielo.

–Además, cuando pruebas una droga, no querrás consumir de otra droga más corriente. – se rió y me besó.

–Sabes que te amo, lo primero que me gustó de ti, fue tu seguridad, eso te hace ver sexy. – le sonreí.

–Será mejor que comencemos a comer, porque después debes arreglarte.

–Está bien.

–¿Puedo pedirte un favor?

–El que quieras.

–Cuida a Andrew, no lo dejes que vaya a irse con ninguna mujer, no creo que sea el momento indicado, aun está dolido y no quiero que cometa una locura.

–Lo prometo mi cielo.

–Te amo.

–Yo los amo muchísimo más.

Me besó, nos sentamos en el comedor y comenzamos a comer, cuando terminamos, Evan lavó los trastes, por más que lo mandé a ducharse no quiso, cuando terminó con los trastes, fue a ducharse, estaba en la sala escribiendo cuando Evan salió arreglado y listo para irse, se veía tan guapo como siempre, me levanté y me acerqué a él para acomodarle el cuello de la camisa.

–Te ves guapísimo mi amor.

–Gracias mi cielo.

–¿Ya te vas a ir?

–Tu hermano está esperándome, seré el conductor designado así que no te preocupes, no beberé tanto.

–Está bien mi amor, con mucho cuidado por favor.

NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora