CAPÍTULO 38

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Colgué la llamada y conduje al supermercado y compré todo lo que necesitaba para preparar la comida y el postre, compré una botella de vino, compré una bolsa de papas que se me había antojado, llevé todo y arranqué al apartamento de Evan, al llegar, bajé las bolsas y el vigilante de la entrada se acercó a mí.

–Señorita Adams, permítame ayudarla. – tomó mis bolsas.

–Gracias, déjeme adivinar, Evan le pidió que me ayudara con todo lo que trajera.

–Lo conoce perfectamente. – me reí, el vigilante es un hombre un poco mayor, siempre recibe a todos de forma respetuosa, me ayudó a llevar las cosas al elevador y después subí a el apartamento, bajé las bolsas y abrí la puerta de el apartamento, metí todo y fui a la cocina a lavarme las manos, comencé a preparar la lasaña, cuando terminé, la dejé en el horno, comencé a preparar el pay, lo puse en el otro horno y salí al comedor, preparé todo y puse unas velas en el centro de la mesa, llevé copas para el vino, aunque solo Evan tomaría, yo tomaría jugo de arándano.

POV EVAN.

Terminé mi trabajo y salí de mi oficina, no le había mandado mensaje a Alisa y ella menos, conduje a mi apartamento, hoy no tengo ganas de nada, cuando estacioné mi auto miré el auto de Alisa, estaba aquí, Alisa estaba aquí, mi corazón comenzó a latir como un adolescente enamorado, entré rápidamente y fui a mi apartamento, abrí la puerta y la escuché en la cocina, olía delicioso, era lasaña, de eso no había duda, también olía a otra cosa pero no podía distinguirlo muy bien, cerré la puerta y escuché los tacones de Alisa acercarse, cuando me vio me sonrió tímidamente, se acercó a mí y me miró, iba a saludarla pero habló.

–Antes que todo, lo siento, sé que no debo esforzarme mucho y en lugar de descansar, hago lo que no debo de hacer.

–Perdóname tú a mí, yo también me pasé un poco.

–Comprendo que quieres cuidarme cariño y te preocupas.

–Te amo Alisa, no me gusta estar enojado contigo.

–A mí tampoco me gusta estar enojada, te amo cariño.

La abracé y besé suavemente, acaricié su vientre suavemente y me sonrió.

–¿Cómo te sientes?

–Estoy bien, me siento bien. – recargó su cabeza en mi pecho.

–¿Estás preparando lasaña?

–Ajá, tú mamá me dijo que la hacía cada que estabas enojado o triste. – le sonreí.

–¿Hablaste con mi mamá? – asintió, besé su frente, amaba tanto que mi mamá y mi novia se llevaran tan bien. – Hay un olor que no logro descubrir.

–Es postre.

–¿Qué tipo de postre?

–Adivina, te gusta mucho.

–Entonces ya lo sé.

–¿Qué?

–Pay de manzana.

–Adivinaste. – sonrió, la besé suavemente.

–Me gusta ese postre, pero ahora tengo uno nuevo. – besé su cuello suavemente.

–¿Ah sí?

–Sí.

–¿Y cuál es?

–El postre más delicioso de el mundo. – sonrió sobre mis labios – se llama Alisa Adams. – se rió nerviosa.

–Quizá ese postre podamos servirlo más tarde.

–¿Te quedarás a dormir?

–No puedo, mi papá me dijo que quería que volviera a casa.

NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora