POV EVAN
Desperté, estaba abrazando algo, por un momento creí que era Alisa, hasta que abrí los ojos y miré la almohada que había usado ella, me levanté.
–Mierda. – fui al baño y comencé a ducharme, me vestí y preparé todo para irme a trabajar, me sentía vacío, hoy no tenía a esa linda mujer que vuelve mi corazón loco, no la tenía conmigo, fui a la empresa y comencé a hacer mi trabajo, todo el día mi fiera estuvo en mi mente, tomé mi teléfono y llamé a su oficina.
–Oficina de la señorita Adams ¿en qué puedo ayudarle? – contestó su secretaria.
–Buenos días señorita ¿está la señorita Adams en su oficina?
–Buenos días ella no se encuentra aquí, no vino hoy a trabajar.
–Gracias, que tenga buen día.
–Igualmente. – colgué, no fue a trabajar ¿y si se sintió mal? ¿estará bien? La llamaré, pero es muy temprano y si sigue dormida la despertaré. Mejor esperaré un rato. Sonó mi teléfono y contesté.
–Señor Adams, la reunión de consejo comienza en quince minutos.
–Gracias. – colgué, lo que me faltaba, una reunión de consejo, este día sería muy largo.
POV ALISA.
Son las ocho de la mañana, no dormí bien así que decidí quedarme en casa y no ir a trabajar, desperté con la esperanza de ver un mensaje de buenos días de Evan, pero para mi sorpresa cuando tomé mi celular, no había nada, ni un mensaje, ni una sola llamada, no hay nada ¿será que se olvidó de mí? ¿y si se molestó por algo? ¿y si ya no me quiere? Deja de pensar tonterías Alisa, ayer te confesó su amor, pero aún así. Las preguntas se formaron en mi cabeza y no salían de ella, si no tenía ganas de levantarme antes, ahora menos, me cubrí el rostro con la almohada, ayer estábamos tan bien ¿y si se arrepintió? No lo culparía, todos han hecho lo mismo y estaba acostumbrada hasta que llegó él, si ese fue el caso, si me dolería, me quedé dormida nuevamente, más tarde escuché a mamá tocar mi puerta, abrí los ojos un poco para mirarla.
–Cariño ¿te sientes bien?
–Sí mamá, solo estoy un poco cansada.
–¿Quieres desayunar algo?
–No gracias, no tengo apetito. – no tenía apetito, no tenía ganas de nada.
–¿Estás segura?
–Sí mami. – se acercó y se sentó a mi lado, besó mi frente.
–¿Te pasa algo cariño?
–No mamá, es que no dormí bien anoche y tengo sueño.
–Está bien pequeña, te dejaré dormir y más tarde vengo a ver cómo estás. – asentí y salió de la habitación, yo seguía con la misma preocupación ¿y si le pasó algo? ¿y si tuvo otro accidente? La preocupación hizo que me dieran ganas de llorar, lloré durante un largo rato, después me levanté a ducharme, me puse el pijama y miré mi cama, me dieron ganas de tirarme en ella nuevamente y me acosté, me quedé dormida nuevamente.POV EVAN.
Acabo de salir de la reunión, son las tres de la tarde, la reunión tardó mucho más de lo esperado, no le he llamado a Alisa, tampoco he recibido ningún mensaje de ella, quizá no se siente bien, la iba a llamar, pero se me ocurrió algo mucho mejor, iré a visitarla, llegué a una florería y compré una docena de rosas rojas y otra de rosas rosas, estaba seguro de que mi suegra estaría ahí, vaya, mi suegra, eso se escucha raro, pagué y salí de la florería directamente a casa de Alisa, cuando llegué toqué el timbre de la casa, me abrió una señora muy linda, tenía mucho parecido a Alisa, se veía mucho más joven de lo que era, me recibió con una sonrisa.
–Señora Adams.
–Usted debe ser Evan Hoult.
–Así es.
–He escuchado tanto de usted estos días.
–Esto es para usted. – le extendí el ramo de rosas rosas y sonrió, lo recibió.
–Muchas gracias, son muy lindas.
–Me alegro de que le gusten, vine a ver a Alisa ¿cree que pueda pasar a verla?
–Claro, adelante. – me dejó pasar. – Espero que su visita la alegre un poco.
–¿Le pasa algo?
–No lo sé, dijo que no había dormido bien, no se ha levantado todo el día de la cama, no ha comido nada desde que se despertó porque no tiene apetito. – arrugué el ceño preocupado.
–¿Por qué?
–No lo sé, se veía triste. – seguramente estaba esperando a que la llamara y yo no le mandé ningún mensaje.
–¿Podría llevarme con ella por favor?
–Acompáñame. – caminó y la seguí, subimos las escaleras hasta que llegamos a la puerta de la habitación – los dejo solos.
–Gracias. – se fue y toqué la puerta.
–Necesito descansar. – dijo Alisa con la nariz congestionada, era por la gripa, pero también estuvo llorando, estoy seguro, abrí la puerta y entré, ella estaba de espaldas y se cubrió con la cobija. – Andrew no estoy de humor para que vengas a molestar.
–Te aseguro que yo no me llamo Andrew. – se descubrió y me miró, se sentó y me sonrió, pero sus ojos se llenaron de lágrimas. – Mi amor, no llores – me acerqué y me senté a su lado, ella me abrazó. – ¿Por qué lloras?
–No me llamaste, ni mandaste mensaje en todo el día, pensé que te había pasado algo.
–Estoy bien mi amor, tranquila, lo que ocurrió es que llamé a tu oficina y me dijeron que no habías ido a trabajar, entonces te iba a llamar, pero era temprano y creí que estarías dormida y después entré a una reunión que duró varias horas, hace rato te iba a llamar, pero decidí venir a visitarte mejor, perdóname cariño, no quería preocuparte.
–¿Entonces todavía me quieres?
–Claro que te quiero linda, te amo y nunca dejaré de hacerlo, eres la mujer de mi vida, no pienses esas cosas.
–Yo también te amo Evan. – besé su frente y acaricié su cabello.
–¿Ya me dejarás besarte?
–Aún no. – me quejé.
–Me dijo tu mamá que no te has levantado de la cama y no has comido nada desde que despertaste.
–No tenía apetito.
–Tienes que comer algo ¿quieres que te lleve algún lugar en especial o que te traiga algo?
–No gracias cariño, estoy bien.
–Tienes que comer.
–Ahorita bajo y comeré algo.
–Te traje algo.
–¿A mí?
–Sí. – le extendí el ramo de rosas rojas.
–Gracias, son preciosas.
–Las rosas rojas significan amor, pasión, respeto, belleza e incluso – me acerqué a su oído – erotismo. – sonrió.
–No sabes cuanto te extrañé.
–Yo también te extrañé, fue horrible despertar sin ti a mi lado, por un momento creí que te abrazaba, pero no eras tú. – me sonrió y besé su frente. – pero ya es hora de que comas.
–Sí señor. – se rió.
–¿Cómo te has sentido hoy?
–Estoy mejor, solo un poco cansada porque no dormí bien.
–¿Por qué no durmió bien mi pequeña?
–Porque te extrañé. – sonreí y besé su mejilla, ella me abrazó, tocaron la puerta y entró la mamá de Alisa.
–Ya veo que era lo que tenía mi hija. – dijo y nos reímos – venía a preguntarle si se queda a comer con nosotros.
–Agradezco la invitación, pero no creo que sea el mejor momento, debemos dejar que las cosas mejoren un poco.
–Lo comprendo, pequeña ¿Quieres bajar a comer o quieres comer aquí?
–Quiero comer aquí. – dijo Alisa y recargó su cabeza en mi pecho, besé su frente y su mamá sonrió.
–Entonces ahora vengo.
Salió de la habitación y nos quedamos solos, abracé a Alisa, ella cerró los ojos.
–No te duermas cariño.
–Es que estoy muy cansada.
–Lo sé, pero primero debes comer algo.
Unos minutos después volvió la mamá de Alisa y trajo sopa de verduras, la ayudé y después salió dejándonos solos nuevamente, tomé la cuchara y tomé sopa, la acerqué a la boca de Alisa y sonrió.
–¿Me darás de comer?
–Así me diste tú el día de el accidente ¿no?
Sonrió y continué dándole de comer hasta que terminó todo, bebió el té que le había preparado su mamá, llevé los trastes abajo y su mamá los recibió.
–Se terminó todo. – dije.
–Gracias, hiciste magia con mi hija. – reímos.
–Es la magia de el amor.
–Lo sé.
Sonrió y entró a la cocina, yo subí con Alisa nuevamente y me acerqué a ella, la abracé, ella inhaló mi perfume.
–Amo tu perfume.
–A mi me vuelve loco el tuyo. – toqué la punta de su nariz y se rió, mi mano entró por debajo de su camisa y rocé con las yemas mis dedos su estómago suavemente, ella cerró los ojos y soltó un suspiro.
–Te extraño tanto, te necesito Evan.
–Y yo a ti mi amor, pero debes sentirte mejor.
Continuamos abrazados en silencio, justamente su papá tocó la puerta.
–Señor Hoult, no sabía que estaba aquí. – dijo serio.
–Así es, vine a visitar a Alisa. – contesté poniéndome de pie y le extendí la mano, él la tomó y saludó.
–Sí cariño, Evan llegó como un milagro. – dijo su esposa y si antes me quería matar con la mirada, ahora ya había hecho el plan de como deshacerse de mi cuerpo. – Alisa no se sentía muy bien y no había comido nada – le sonrió tímidamente Alisa, al parecer no han hablado de nada – llegó Evan y le devolvió la vida. – el señor Adams me miró y asintió en agradecimiento. – lamentablemente no puede quedarse a comer con nosotros.
–Acepte la invitación señor Hoult, es lo menos que podemos hacer después de haber ayudado a nuestra hija.
–Agradezco la invitación, pero como se lo dije a su esposa, no creo que sea el momento adecuado, será mejor cuando Alisa este totalmente recuperada y pueda sentarse con nosotros en la mesa.
–Me parece perfecto, yo me encargaré de organizar una cena. – dijo la mamá de Alisa emocionada y su padre, su padre quería morirse, Evan 1, Logan 0.
–Me alegro de que haya venido a visitarnos señor Hoult. – asentí.
–Nosotros nos vamos, los dejamos solos. – dijo la mamá de Alisa – el papá de Alisa la miró – dije vámonos. – lo asesinó con la mirada y se lo llevó a jalones de la habitación dejándonos solos, Alisa extendió sus manos a mi y las tome, me acercó a la cama y me senté, acostó su cabeza en mi regazo y se tiró boca arriba para mirarme, su mano acarició mi mejilla, a su mejilla, ella la tomó y la introdujo debajo de su camisa, acaricié su estómago suavemente, después bajé a su vientre bajo y comencé a jugar con el comienzo de su pantalón, ella sonrió y suspiró.
–Estamos solos. – dijo.
–Y tú estas enferma. – bufó y me reí, me sentí tentado por besar sus labios, pero ella puso su mejilla, pasé un rato más con ella y después me despedí y fui a mi apartamento.AMOOOOO A EVANNNNNN!! Quiero un Evan en mi vida, Evan es todo lo que pido.
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NUESTRO PEQUEÑO SECRETO
RomanceTercer libro de la saga "Pequeños" Alisa Adams una mujer hermosa, exitosa e inteligente, está cansada de ser la hija perfecta, la que sigue reglas, la responsable, la hija ejemplo, la que vive con miedo de decepcionar a los que ama. Por primera vez...