Capítulo XXXIII: Te oí

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*******************GISELLE*******************

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- Hola – me saludó Andy junto a una sonrisa mientras dejaba su abrigo en el colgador – ven conmigo.

- No creo que sea posible ahora, Sr. Barber – él me miró extrañado, al abrir la puerta de su oficina, entendió – oh, Eleonor.

- Sí, la Srta. Eleonor lleva esperándolo – dije.

- De acuerdo, gracias, Giselle – me dijo sonriéndome, asentí con la cabeza para retirarme.

- Espera, Giselle ¿crees qué puedas traerme una taza de café de la máquina que dijiste? No es té, pero estará bien – preguntó Eleonor, ¿Quién rayos cree que soy? Soy la asistente de Andy, no suya.

- Sí, claro – respondí con una sonrisa hipócrita en mi rostro, espero que no se me note.

- Y uno para Andy, seguro debe querer uno, el mío que sea con cuatro de azúcar – solo seguí manteniendo la sonrisa hasta que cerré la puerta, empecé a preparar las tazas de café, ¿quién rayos toma el café con tanta azúcar?, en todo caso, mejor que tomé agua con azúcar, tomé ambas tazas para entrar a la oficina de Andy nuevamente y entregárselas.

- Gracias, Giselle – me dijo Andy recibiendo la taza – en cuanto termine con Eleonor, seguiremos con nuestro asunto.

- Sí, Sr. Barber – dije para salir, entendía que Andy quiera demostrarme que a él solamente yo le interesaba, pero no creo que sea buena idea hacerlo delante de una mujer que se ríe hasta cuando Andy respira, cerré la puerta porque no toleraba la risa de Eleonor, terminé de redactar unos documentos, los imprimí, Andy debía firmarlos para entregárselos a Lynn, observé mi reloj, habían pasado 35 minutos ahí minutos, ¿acaso planeaba quedarse ahí metida hasta la hora de almuerzo?, resoplé, me puse a engrapar los juegos de los documentos, al ser voluminoso era más difícil que la grapa entrara, lo apreté con fuerza consiguiendo que entrara la grapa.

- ¿Estás enojada con ese engrapador? – preguntó alguien.

- ¿Marcus? ¿Qué haces aquí? – pregunté sorprendida.

- Quería sorprenderte en tu trabajo, déjame decirte que recompensaste mi mañana al verte tratar de engrapar esas hojas, lo hacías con sentimiento – dijo sonriente.

- ¿Qué deseas, Marcus? No creo que estés aquí por mí – pregunté mientras tomaba el otro juego de hojas para intentar engraparlos.

-        Verte es un bonus, tengo una cita con Canavan, tengo algunas preguntas para ella, y deberías tener cuidado, te puedes lastimar.

- Claro que no, todo está bajo mi control – dije presionando con fuerza, la grapa atravesó las hojas, así como mi dedo índice – ¡Por la pu...! – exclamé, pero me callé no era el lugar para decir una palabra de ese calibre, solté las hojas y metí mi dedo a la boca para evitar que la sangre siguiera saliendo, Marcus recogió las hojas para dejarlas sobre mi escritorio.

CULPABLE (CON ANDY BARBER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora