Capítulo XXXVII: Ella y yo

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- Le traje champaña, Sr. B – dijo Jace abriendo la puerta del auto de Dani – es lo mejor que pude encontrar – la tomé.

- Gracias, Jace – agradecí para empezar a beberla de poco a poco, él solo me miraba atentamente mientras me sonreí – lo sabes ¿verdad?

- Yo lo sé todo, Sr. B, además bajar de la ventana de la ex habitación de Elle ante mis ojos fue lo que hizo que se revelara ante mí – me sentí como un adolescente bajando a escondidas de la madre de la chica.

- ¿Nadie más lo vio? – pregunté preocupado.

- No, con anticipación, despejé el perímetro, sabía que era el único lugar por donde podría salir, así que inventé una excusa súper convincente para que todos se fueran de ahí y usted pudiera bajar a lo Romeo.

- Otra vez, gracias – dije sinceramente.

- No tiene por qué, Sr. B – respondió – Elle es mi adoración, es la hermana que siempre quise, si ella es feliz, yo lo soy mucho más, pero si ella está triste, yo no me pongo triste sino furioso, si le rompe el corazón a Elle, no seré el chico agradable que conoce – solo le sonreí – no hago eso, Sr. B, que olvidaré todo lo que dije – reí.

- Tranquilo, Jace, estoy enamorado de Giselle, no busco hacerle daño, solo feliz, quiero hacer las cosas bien con ella, te prometo que pase lo que pase, yo siempre la protegeré y evitaré que salga dañada de alguna forma.

- Eso es lo que todos queremos oír – contestó – ahora debería volver, la aún Sra. Barber y su amiga inglesa andan buscándolo – terminé la champaña – tenga – me extendió un desodorante en spray que sacó de la cajuela del auto — lo usó para emergencias – lo tomé y empecé a desabotonar mi camisa para aplicar el spray, Jace enrojeció y se dio media vuelta – no queremos que huela a Elle y todo se vaya al tacho, el aroma de mi amiga es inconfundible.

- Un exquisito aroma a café – contesté.

- Exacto – abotoné mi camisa.

- Nuevamente, gracias – dije extendiéndole el spray, lo tomó.

- De nada, Sr. B, solo haga a amiga muy feliz – contestó, bajé del auto y entré tranquilamente a la reunión nuevamente.

- Aquí estás – dijo Laurie – ¿Dónde estabas? Te estuve buscando por más de media hora.

- Fui a buscar un lugar privado para hablar con Duff sobre un caso – mentí – ¿le pasó algo a Jake?

- No lo sé, sigue en el despacho de Gini – dijo acercándose a mí más de lo que debería, di un paso hacia atrás – ¿Qué ocurre, Andy? – volvió a avanzar hacia mí, retrocedí nuevamente.

CULPABLE (CON ANDY BARBER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora