En la vida siempre hay dilemas como diferenciar entre lo correcto e incorrecto, entre actuar con raciocinio o sentimentalismo, lo apropiado o lo inapropiado; sin embargo, nunca había tenido que debatirme antes porque era un hombre que siempre sabía...
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****************GISELLE****************
Estuve parte de la tarde junto a Margarett y Marcus, almorzamos juntos ahí, ella estaba asustada, por lo que se apoyaba en Marcus, Jason estuvo haciendo unas llamadas en su auto, iría a firmar un documento con suma urgencia y volvía por mí, Marcus y Margarett estaban conversando mientras yo estaba apoyada en mi mano sobre la mesa oyéndolos, me sentía tan fuera de sí, Andy me hacía tanta falta.
- Señor Barber – dijo Margarett, sentí su presencia y mi cuerpo se erizó completamente, este hombre realmente me pone mal.
- ¿Qué tal, Margarett? – preguntó él para ella – ¿puedo? – me preguntó refiriéndose a si se podía sentar a mi lado, solo asentí para mirar al extremo contrario e irme un poco a más a mi derecha alejándome de él sobre la larga banca – perdón por no venir antes, pero estaba gestionando algunas cosas junto a Duff sobre el caso, dijo que redoblará tu seguridad, así que quiero que estés tranquila, la misma Pam Duff en persona vendrá a hacer algunos turnos, todo esto será momentáneo hasta que te reubiquen con el Programa de Protección a Testigos.
- ¿A dónde me enviarán? – preguntó.
- No lo sé – respondió Andy – pero lo único que debe preocuparte es que estarás a salvo, te garantizo que me esforzaré – ella asintió segura, confiaba en Andy, Margarett sonrió levemente al alzar su vista, Andy sonrió confundido – ¿Qué ocurre?
- Es que recién noto que están bajo un muérdago – le respondió, Andy me miró cómo si esperara que hiciera o dijera algo.
- Ya no es Navidad – me apresuré en decir – y el señor Barber debe apresurarse en volver a casa, su familia debe estar esperándolo – me paré – yo me retiro, Margarett, me alegra que estés bien y trataré de venir a verte en lo posible – me acerqué para despedirme de ella – hasta luego – dije tanto para Andy como para Marcus, quería llegar pronto a la salida, pero Andy me alcanzó, la longitud de sus piernas comparadas a las mías, me jugó en contra.
- Giss, hablemos – negué con la cabeza – por favor, solo dame cinco minutos.
- ¿Para qué se los voy a dar, señor Barber? ¿Qué me va a decir o hacer? ¿Qué me ama, que quiere estar conmigo, que lo perdone?
- Exactamente, Giselle, eso quiero decirte porque no sé qué más puedo decir para enmendar esto, te necesito, es una pesadilla estar sin ti – dio un paso hacia mí con su mirada dominante para seguir acortando el espacio paso a paso mientras yo retrocedía.
- Le recuerdo que estamos en un convento – dije cuando mi cuerpo chocó contra la pared más cercana, no podía mirarlo fijamente a los ojos, sé que lo he dicho varias veces, pero no puedo, él me tomó de la barbilla para que lo hiciera, maldición, pensé al sentir como mi cuerpo temblaba porque necesitaba desesperadamente una dosis de Andy, abrí ligeramente los labios con la intención de pedirle que se alejara de mí, pero las palabras simplemente no salían, estaban atoradas en mi garganta, él deslizó suavemente su pulgar por la mitad de mis labios entre abiertos, Giselle, piensa en la biblia, en los angelitos y la Virgen, me repetía mentalmente para evitar tener cualquier pensamiento indecoroso en este lugar lleno de monjas y teniendo una iglesia prácticamente detrás de mí.
