En la vida siempre hay dilemas como diferenciar entre lo correcto e incorrecto, entre actuar con raciocinio o sentimentalismo, lo apropiado o lo inapropiado; sin embargo, nunca había tenido que debatirme antes porque era un hombre que siempre sabía...
MARATÓN (3/3) POR EL CUMPLEAÑOS DE NUESTRO CHRIS EVANS QUE DICE "I DON'T WIKE IT" Y QUE NO LE GUSTAN LOS AVOCADOS 💙❤️⭐
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Las horas pasaron un poco lentas, cada vez que Giselle entraba a mi oficina, nos encerrábamos en el almacén para tener una sesión privada de besos, ella hacía que sea difícil concentrarme, tenía varios mensajes de Laurie preguntándome si llegaría para cenar, decidí responderle diciendo que tenía mucho trabajo pendiente, por fin eran las 18:00 horas, apagué mi computadora, tomé mi maletín y salí, Giselle ya estaba lista esperándome, tomé mi abrigo y caminamos hacia el estacionamiento, pero nos topamos con Nick, para variar.
- Hola, Giselle – la saludó – Sr. Barber – me vio – quería invitarte a cenar – le dijo.
- Perdón, Nick, pero no – respondió ella, una pequeña se formó en mi rostro – siento que te estás ilusionando de la manera incorrecta conmigo, vuelvo a decirte que no busco una relación que no sea una amistad laboral, lamento decírtelo delante del Sr. Barber, pero creo que deberías invitar a cenar a Megan, a ella le gustas – le dijo amablemente, él solo asintió para darse la media vuelta – era necesario decírselo, no quiero que espere nada de mí.
- Lo sé, preciosa, yo soy el único que puede esperar algo de ti — sonrió — te sigo en mi auto.
- Vamos a mi apartamento – me dijo – si vamos a un restaurante no podré besarte, ni tomar tu mano – le sonreí – ordenaremos algo – asentí y subí a mi auto para seguirla.
Estuvimos cenando mientras conversábamos sobre el caso, ella hacía pequeñas anotaciones, dado que Diesel tenía un amplio historial, solo debíamos buscar la forma de ligarlo con Florence, para luego sentarse sobre mi regazo para besarla con desesperación, como deseaba que fuera miércoles para hacerle cosas totalmente inapropiadas que me permitan volver a oír mi nombre de sus hermosos labios, volví a casa, estaba en modo automático por los besos de Giselle, ni le presté atención a lo que me dijo Laurie, Jacob solo sonreía al verme, quizás debía dejar de ser tan obvio.
Al día siguiente, solo me quedé un par de minutos con Giselle en la oficina, no queríamos robarle minutos a nuestro apreciado miércoles, estaba ansioso porque sobre todo podría sentirla totalmente por dentro.
- Buenos días, preciosa – le dije por fin a Giselle, ya siendo miércoles, ella sonrió y se sentó sobre mí para besarme fogosamente, recorrí su figura con mis manos – no tienes ni idea de todo lo que quiero hacerte esta noche – dije mientras metía mis manos por debajo de su falda, acaricié su coño por encima de la tela de sus bragas, estaba húmedo y caliente, ella jadeó – ¿cerraste la puerta con seguro? – ella asintió – de acuerdo – dije para meter mis dedos en ella, se llevó su mano a la boca, empecé a mover mis dedos dentro de ella, sus leves suspiros se oían – debes venirte rápido, preciosa, no tenemos mucho tiempo – dije mientras seguía bombeándola, mi miembro estaba tan duro, ella empezó a mover sus caderas contra mi mano – quiero que te muevas así cuando tengas mi verga dentro – le dijo contra el oído, ella jadeó, empecé a besar su cuello mientras la tomaba de la cintura, ella acariciaba mi miembro por encima del pantalón.
