Capítulo XVI: Con los pies sobre la tierra

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Después de que terminó la película, desperté a Jake para que fuera a dormir a su habitación, lo ayudé a subir para que luego me quedara un momento en la sala leyendo un informe sobre el caso que se había aperturado como homicidio, necesitábamos hablar con el dueño del lugar donde trabajaba Florence, y que nos permita hablar con Luisa, ya que, Paula me dijo que no había datos de ella ni como Luisa ni como Dessire, noté que faltaba el requerimiento para la visita al local, miré la hora, ya iban a ser las 22:00, dude entre llamar o no a Giselle, lo hice.

- Perdón, por llamarte tan tarde – dije cuando contestó.

- Para nada – respondió – déjame adivinar el motivo de tu llamada ¿quieres saber si tengo el requerimiento?

- ¿Cómo lo sabes? – pregunté sonriente, mi teléfono vibró, era un mensaje de Giselle, me había enviado una foto de ella con su copia del expediente en la mano, estaba en su cama usando una polera de los Celtics y sus lentes, ella es preciosa.

- Estaba leyendo mi copia, y noté que tenía el original y la copia del requerimiento, lo lamento, olvidé volver a anexarla – me dijo.

- No te preocupes, mañana me lo entregas, ve a dormir.

- ¿Me estás mandando a dormir? – preguntó divertida – la última persona que me ordenó eso fue mi padre a los 14, luego de ello, no volvió a conseguir que lo obedezca, de hecho, nadie, digamos que soy algo desobediente – reí suavemente.

- Quizás necesites unas buenas nalgadas – dije recordando la noche anterior, ella rio.

- Tendrías que intentarlo.

- Eso no lo dudes, preciosa, ahora ve a dormir, descansa, te lo mereces.

- Lo sé, pero no creo que pueda dormir por un buen momento, es que estoy pensando en mi conductor de Uber de hoy – sonreí.

- ¿En serio? – pregunté sonriendo.

- En serio – respondió – me dio un excelente servicio – empecé a recordar nuestro encuentro en mi auto, mi cuerpo empezó a embargarse de calor.

- Cuando quieras, lo repetimos – le dije, pero antes de que pudiera decir algo más oí que se abrió la puerta, era Laurie – sí, ya lo encontré, gracias, Giselle, te veo mañana en el despacho – dije para colgar la llamada, odié hacer eso.

- Tan tarde y sigues trabajando – dijo Laurie acercándose a mí, pude sentir el olor del vino – deberías ir a descansar – se sentó a mi lado.

- Sí, tienes razón – dije para pararme y tomar los papeles.

- Llego y ya te vas – dijo parándose – ¿estás huyendo de mí? – preguntó acercándose a mí.

CULPABLE (CON ANDY BARBER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora