En la vida siempre hay dilemas como diferenciar entre lo correcto e incorrecto, entre actuar con raciocinio o sentimentalismo, lo apropiado o lo inapropiado; sin embargo, nunca había tenido que debatirme antes porque era un hombre que siempre sabía...
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*************GISELLE*************
- ¿Hace cuánto estás mirándome? — pregunté al despertar, volteando hacia él para verlo a la mañana siguiente.
- No hace mucho — respondió, reí — es que te ves muy hermosa por la mañana — dijo tomando mi cabello entre sus besos — eres perfecta para mí.
- ¿Solo por las mañanas?
- Siempre, preciosa — me dio un beso en la frente para luego tomar su celular — Giselle, debes irte ahora mismo, Laurie y Jake están por llegar — dijo parándose y empezando a cambiarse, hice lo mismo — ya van a bajar del auto, debes salir por la ventana — la abrió.
- ¿Es en serio? — pregunté, esto es karma, él asintió, si es la única forma en la que no me vean, no me queda otra opción, me asomé a la ventana, esto sería difícil porque no tengo los zapatos adecuados, ósea mis tacones son súper delgados.
- Espera, preciosa, ¿qué haces? — preguntó tomándome de la cintura.
- Dijiste que bajará — él ya no pudo reprimir su sonrisa — ¡Andrew Barber! — exclamé sonriente mientras metía mis dedos en sus costillas y él reía.
- Lo lamento, solo quería jugarte una broma y cobrarme de cierta forma lo de tu ventana, pero no pensé que realmente bajarías por ahí y con esas botas — dijo mirándolas.
- Bueno me iba a apoyar en mis puntas y tienes una pequeña rejilla, no iba a ser tan difícil, y si caía, estoy segura de que hubiera sido una buena historia para Derek — se acercó a mí.
- ¿Derek?
- Sí, el doctor — respondí — mi doctor.
- ¿Tu doctor? — asentí y él me besó, sonreí, amo cuando se pone celoso porque es mi celoso — ¿quieres desayunar?
- Sí, pero debes bajar por ahí — dije señalando la ventana — yo estuve a punto de hacerlo y en tacones.
- Bien, lo haré — dijo para asomar su cuerpo — ¿no me detendrás? — negué con la cabeza, se apoyó en la ventana y sacó medio cuerpo.
- Espera, estaba bromeando — dije abrazándolo de la cintura — tus vecinos pensarán que estás loco — le dije, él tomó mi rostro entre sus manos.
- Eso ya no me importa porque pronto tendré nuevos vecinos, ya que me mudaré a una casa con paredes blancas con una hermosa señorita, salvo que hayas cambiado de opinión.
