En la vida siempre hay dilemas como diferenciar entre lo correcto e incorrecto, entre actuar con raciocinio o sentimentalismo, lo apropiado o lo inapropiado; sin embargo, nunca había tenido que debatirme antes porque era un hombre que siempre sabía...
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*************ANDY*************
Ella salió de mi oficina, me sentía tan mal por todo esto, Laurie no nos podía ganar, nosotros somos dos, salí de mi oficina tras ella, iba a abrir la puerta de mi auto, pero me lo impidieron.
- ¿A dónde crees que vas? – preguntó Laurie.
- ¿Qué carajos haces aquí? – pregunté.
- Al parecer tengo que venir a cuidar que mantengas el pene dentro de tus pantalones porque la pequeña zorra de tu asistente la calienta con facilidad, la vi salir hace un momento.
- No sé cuántas veces tengo que repetirte que Giselle no es ninguna zorra, y si piensas que solo es sexo lo que pasa entre ella y yo estás totalmente equivocada, la amo, y tú no puedes evitar, no voy a seguir tu juego – moví su mano para abrir la puerta.
- ¿Por qué me haces esto, Andy? –preguntó llorando en voz alta, miré alrededor, entendí lo que intentaba hacer.
- Entra al auto – le dije, se dio la media vuelta para subir al asiento del copiloto, se secó las lágrimas rápidamente.
- Esto se acaba cuando yo lo diga, no estoy jugando, Andy, y creo que no lo entiendes, así que no entiendes tú, lo hará ella.
- ¿Qué vas a hacer, Laurie? – pregunté tomándola de la muñeca para impedir que bajara del auto, movió su mano bruscamente para zafarse.
- Lo que debí hacer ni bien me enteré que te revolcabas con ella, y si intentas advertirle, no tienes ni idea de lo que soy capaz – bajó del auto para irse.
Me sentía un maldito inútil, no sabía qué hacer, Laurie estaba tan furiosa, tan fuera de sí, que solo temía por Giselle, si la hacía enfurecer más, ella podría hacerle algo, no seas un cobarde, me repetía, llamé a Jace para intentar advertirle, pero no contestaba, así que conduje hasta el edificio de Giselle, salí del estacionamiento, antes de que tocara el botón, la puerta se abrió y Laurie salió, ella estaba desencajada, pero al verme, volvió a enfurecer.
- ¿Qué es lo que has hecho? – me preguntó – ¿acaso le contabas sobre nuestra vida mientras te la cogías?
- ¿De qué estás hablando? – pregunté sin entender.
- El tal Marcus Prescott lo sabe, sabe lo que pasó con Jacob, sabe la verdad, así como ella y su amigo homosexual, él se atrevió a amenazarme con golpearme, y Prescott también, así como a revelar la verdad, ¿Qué has hecho, Andy?
- No, tú qué le hiciste a Giselle para ellos reaccionaran así.
- Pues la bofetee y lo volvería a hacer.
- ¿Te atreviste a tocarla? – pregunté acercándome a ella.
