AMIGOS

21 3 8
                                    


—Recuerdo todas las veces que me pregunté ¿por qué había sobrevivido al accidente?, ¿por qué yo y no alguno de mis padres?, cuántas veces deseé estar con ellos, pero ahora que supe con certeza que de no ser por León hubiera muerto me arrepentía, me arrepentí de todas las veces que no valoré la oportunidad de seguir, si él no me hubiera sacado del auto jamás hubiera conocido a mi sobrino, nunca hubiese vuelto a abrazar a mi hermano, nunca me hubiera enamorado como lo hice y a pesar de que eso no salió bien, en el fondo no me arrepentía, nunca había sentido con tal intensidad, el tiempo que fui feliz lo fui mucho y no puedo imaginar haber muerto sin experimentar eso, creo que me di cuenta por primera vez de lo mucho que quería vivir, de todo lo que aun quería hacer y tenía que reconocer que se lo debía a León. Muchas veces había tenido esta imagen en mi cabeza, como si fuera un recuerdo de una vida pasada, sentía mi cuerpo ser arrastrado, creí que alucinaba, pero ahora estaba segura, si había pasado, me habían sacado del asunto antes de que estallara.

Cuando Mason me reveló lo del accidente no pude más que huir, no quería que me viera llorar, fui a resguardarme en algún lugar en el que nadie me viera, necesitaba desparecer, estaba tan confundida, no podía tener un consenso entre mi cabeza y mi corazón con respecto a mi opinión de León y eso me enloquecía. Caminé por los pasillos de la vieja bodega hasta que encontré una habitación que parecía vacía y oscura, me pareció un buen lugar para esconderme, de seguro mi hermano me buscaría, no quería ver a nadie ahora, así que solo entré y me senté en el suelo recostando mi espalda contra la pared. No podía dejar que León fuera por su propia cuenta, no ahora que sabía que Camila ofreció dinero por su cabeza, no podía hacerle esto, no quería, él se enfrentó a mi hermano para decirme la verdad, él me sacó de ese auto antes de que estallara, no tenía claro lo que ahora sentía por él, pero algo que si sabía es que no lo quería muerto, ¡nunca!, ¿qué iba a hacer?, tal vez podríamos seguir ignorándonos hasta que saliéramos del país, él se iría con mi hermano y yo con el niño, así que no nos volveríamos a ver nunca, eso era lo que quería, eso creo.

—¿Qué te tiene tan pensativa, reina? —una voz se escuchó en la habitación, me sobresalté de inmediato pero luego me tranquilicé, pues supe de inmediato de quien se trataba, solo una persona me llama de ese modo. Me levanté del suelo y encendí la luz, lo que vi, me horrorizó, Dallas estaba en una esquina de la habitación con cadenas en las manos y en los pies, atado como un animal en cautiverio, no sé cómo no había pensado en él, habían pasado tantas cosas que había olvidado que me había dicho la verdad y luego explotó el lugar para darnos una oportunidad de huir, no entendía por qué había hecho eso, pero se lo agradecía, sobre todo por haberme dicho la verdad, por confesarme que fue Camila quien mató a mis padres y no Darren como ella quería hacerme crecer.

—¡Dallas!, ¿Qué haces aquí?, ¿Qué es esto? —le dije señalándole las cadenas, corrí hacia él para tratar de liberarlo, pero era inútil, no podía creer que lo tuvieran de esa forma después de que fue gracias a él que pudimos huir.

—Soy prisionero ahora—respondió sonriendo sarcásticamente.

—¿Por qué? —me sentía incómoda viéndolo de esa forma, estaba pálido y flacucho, más de lo que era.

—Reina, no olvides que soy uno de los hombres de confianza de Camila, no creerías que iban a darme una bienvenida con lujos cuando llegara al Círculo—es verdad, ¿cómo podía ser tan tonta?, aunque tal vez el tonto era él, que aun sabiendo lo que le esperaba decidió ayudarme.

—¿Por qué me ayudaste?, ¿Por qué traicionaste a Camila para ayudarme a salir? ¿por qué si eres su hombre de confianza como tú mismo dices? —Dallas suspiró pesadamente ante mi interrogatorio, supe que no me iba a contestar.

Bala PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora